En aras de analizar las oportunidades que tiene el Perú para mitigar los inminentes efectos del fenómeno El Niño, el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú llevó a cabo la conferencia del Jueves Mineros enfocada en dicho tema. Para ello, contó con la participación de Napoleón Puño, profesor y exrector de la Universidad Nacional de Tumbes, quien consideró muy importante la instalación de reservorios en el país para poder mitigar los impactos negativos de este fenómeno.
“Los grandes y pequeños reservorios pueden ser una forma de mitigación de este fenómeno. Lo que falta en el Perú es una política hídrica de hacer al menos pequeños reservorios en el país. China tiene 25 mil reservorios desde 5 metros de altura. Tumbes y Piura tienen grandes posibilidades de hacer microreservorios y poder mitigar los efectos de las quebradas”, indicó durante el evento.
Napoleón Puño, quien también es gerente de la Junta de Usuarios del Río Chira, experto en asuntos ambientales de la minería ilegal y excongresista de la República, resaltó que en el área donde él trabaja e investiga, la ciudad de Piura, se encuentra el embalse de Poechos, muy importante para el desarrollo de la zona norte. Sin embargo, lamentó que desde su fundación en 1976 no haya sido descolmatado.
POECHOS
“En esta parte del país, con el Ecuador, vivimos en 3 cuencas transfronterizas la de Catamayo – Chira, Puyando – Tumbes, y la de Zarumilla. Pero aquí es importante resaltar el embalse más grande que tenemos en el Perú: el Poechos. Este Poechos que hace 47 años entró en funcionamiento, no se le ha hecho nunca una descolmatación. Hoy lo tenemos al 60% colmatado con sedimentos que necesitarán un estudio”, afirmó.
Añadió que el reservorio de Poechos es un recurso estratégico de agua para 120 mil hectáreas, abastece a un millón de personas con agua para uso doméstico, 3 microcentrales hidroeléctricas con 40 MW y una gran cantidad de acuicultura.
En ese sentido, Napoleón Puño consideró de gran relevancia contar con una política hídrica en el país, que permita instalar reservorios y mantenerlos en las más óptimas condiciones para su perdurabilidad. Además de ello, sugirió una serie de acciones enlistadas tras las vivencias del fenómeno El Niño en 1983, 1998, 2017 y la actualidad.
“Tenemos que priorizar actividades con equipos de respuesta inmediata en cada institución. Por ejemplo, implementar programas de siembras utilizando la cantidad de agua que tenemos, políticas de seguros agrarios para agricultores, liberar las importaciones de alimentos e insumos, y tener protocolos de laminación de embalses que permitirá soltar el agua de a pocos. Finalmente, identificar la infraestructura más importante en los valles para protegerla de estas grandes averías”, apuntó Puño.