Un mes después de que pusiera en marcha su Red de Monitoreo de Calidad Ambiental del Aire y Ruido, a través de 50 sensores, la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) reveló que algunos puntos de los distritos de San Juan de Lurigancho, Ate y La Molina tienen los mayores niveles de contaminación del aire.
La entidad precisó que entre el 5 y el 30 de junio, un equipo de monitoreo, ubicado a la altura del Instituto de Educación Superior Tecnológico Público Manuel Seoane, en la Av. Fernando Wiesse (San Juan de Lurigancho), detectó que, en promedio, la concentración de partículas PM2.5 (parámetro que define el índice de la calidad del aire) fue de 45.9 microgramos por metro cúbico (μg/m3).
Asimismo, en la plaza Ceres de Ate, se detectó en dicho periodo un promedio de 45.9 μg/m3, mientras que en el óvalo Los Cóndores, en el distrito de La Molina, se registró 42.8 μg/m3.
Cabe señalar que los mayores niveles de contaminación del aire durante el día se registraron entre las 6 a. m. y las 10 a. m., debido a la presencia de una mayor congestión de vehículos.
Con relación a los niveles de ruido, la estación Angamos del Metropolitano (Surquillo) arrojó en promedio 70.4 decibeles, mientras que a la altura de la Municipalidad de San Martín de Porres, alcanzó 69.3 decibeles. Por su parte, la estación Canaval y Moreyra (San Isidro) y el Patio Sur del Metropolitano (Chorrillos) registró 69.1.
En el cruce de La Marina con Brasil (Pueblo Libre), en la estación Javier Prado del Metropolitano (San Isidro) y en la Municipalidad de Barranco se detectó 69, 68.7 y 68.6 decibeles, respectivamente. En todos estos casos de ruido ambiental, los valores se presentaron ligeramente mayores entre las 6 a. m. y las 4 p. m.
Estos altos niveles de contaminación del aire y sonora se deben principalmente al intenso tráfico y a las características de los vehículos de transporte público (90% usa diésel y otro 30% cuenta con más de 15 años de antigüedad).
La ATU señaló que con la información recopilada se implementarán acciones de control y medidas de mitigación, como intervenciones de fiscalización al transporte público o el retiro de unidades antiguas mediante programas de chatarreo, a fin de brindar a la ciudadanía un entorno más saludable.