En la sala aún vibraba un eco de cables invisibles, como si la electricidad hubiese elegido quedarse un instante más entre los asistentes. En ese ambiente cargado de expectativas apareció Mihai Dragos, CEO de Voltrelli, no solo como portavoz de una empresa tecnológica, sino como alguien que habla de la electromovilidad con la convicción de quien conoce su pulso íntimo. La entrevista, realizada en el marco del evento Transporte Sostenible 2025, dejó en claro que el futuro eléctrico en el Perú aún es una promesa por construir, pero también un camino que ya comenzó a iluminarse.
Raíces europeas, alas latinoamericanas
Dragos inicia hablando de los orígenes de Voltrelli como quien describe el crecimiento de un árbol que ha extendido sus raíces y ahora se atreve a buscar nuevos climas. La marca nace del proyecto europeo EvConnect, un emprendimiento con once años de experiencia que ha madurado entre mercados exigentes y contextos diversos.
Voltrelli, explica, es la fase de expansión: la internacionalización hacia el norte de África, Medio Oriente, Asia —con presencia destacada en Filipinas— y, especialmente, hacia América Latina.
Ahora, Perú se convierte en uno de sus territorios más queridos, un lugar donde la empresa reconoce no solo potencial, sino una urgencia: la creación acelerada de infraestructura de carga para vehículos eléctricos. Sin ese esqueleto energético, sentencia Dragos, “no van a haber carros eléctricos”. No importa cuántos eventos, charlas o workshops existan: sin puntos de recarga accesibles, la electromovilidad no despegará… Puedes seguir leyendo esta nota en la edición 123 de la revista Energiminas.