El Perú requiere una gobernanza territorial que reemplace la lógica de confrontación por una colaboración multiactor que genere desarrollo sostenible en los territorios. Esa fue la principal conclusión planteada por los especialistas Percy Bobadilla y Antonio Velásquez, durante su exposición en el Jueves Minero del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).
Ambos sociólogos coincidieron en que el país cuenta con condiciones para avanzar hacia un modelo donde Estado, empresas y población trabajen juntos para impulsar el bienestar común. En su presentación expusieron investigaciones recientes y experiencias de campo que muestran nuevas formas de abordar el desarrollo territorial en zonas vinculadas a la actividad extractiva.
Bobadilla enfatizó que el sector minero y el Estado han generado aprendizajes valiosos en los últimos años, pero que deben ordenarse bajo una visión estratégica orientada a resultados sostenibles. “La gobernanza no se basa en el conflicto sino en cooperación para el desarrollo”, afirmó.
Su análisis se centró en la importancia de alinear los planes empresariales con los planes de desarrollo territorial, fortalecer capacidades locales y consolidar mecanismos como el monitoreo socioambiental conjunto y la transparencia de compromisos.
También destacó la relevancia de construir confianza desde etapas tempranas. “La nueva gobernanza territorial es condición para que el modelo extractivo sea viable como palanca de desarrollo socioeconómico y políticamente sostenible”, agregó.
Velásquez presentó evidencia comparada de modelos de desarrollo aplicados en el Perú y Latinoamérica. Explicó que las estrategias tradicionales suelen fallar porque convierten a la población en un actor pasivo. “Las relaciones son de carácter transaccional. Y tú, ¿qué me das? Donde la población es un agente pasivo, no genera valor”, señaló.
Planteó en cambio un enfoque bottom-up, donde las comunidades se convierten en generadoras de valor y aliadas de la empresa y la administración pública. Para ello, es fundamental considerar la estructura físico-social del territorio. “Invito a pensar la gobernanza desde la estructura físico social del territorio”, dijo, destacando el rol de los pisos ecológicos y el uso de herramientas como análisis de redes sociales para identificar líderes con legitimidad y potencial para el bien común.
Uno de los testimonios de los líderes con los que trabajó lo resumió así: “Nuestros problemas con el agua no se van a resolver con más tubos o más cemento, se van a resolver cuando cambiemos nosotros por dentro”.
Velásquez también resaltó la importancia de redefinir cómo se entiende el territorio, advirtiendo que tratar a todas las zonas de influencia por igual es un error, pues cada área responde a distintos pisos ecológicos y, por lo tanto, a intereses y dinámicas propias. “Los pisos geológicos van más allá de la zona de influencia y nos hacen mirar en un sentido vertical de la zona”, señaló, revelando por qué algunos proyectos fracasan al romper cadenas productivas o ignorar necesidad de las comunidades según su ubicación geográfica.