Los mercados del cobre registran un cambio drástico: lo que hace un año se proyectaba como un exceso de oferta, hoy aparece como un alarmante déficit.
Según el análisis de la agencia Bloomberg, basado en estimaciones de Morgan Stanley, la minería no producirá lo suficiente para satisfacer la demanda global en 2026, con un desequilibrio estimado de 590.000 toneladas.

Este déficit, de confirmarse, sería el más pronunciado desde 2004, y reflejaría factores estructurales en lugar de meras fluctuaciones cíclicas: disminución de leyes minerales, mayores costos de extracción, retrasos en nuevos proyectos y crecientes desafíos geológicos y sociales.
Para países como Chile o Perú, grandes productores de cobre, el escenario supone una ventana de oportunidad para promover inversiones en exploración.