Durante el webinar “Estándares y reportes de sostenibilidad para el sector hidrocarburífero”, organizado por Perupetro, Milagros Zamudio, CEO de ESG Consultants, remarcó la necesidad urgente de que el sector adopte estándares claros de sostenibilidad para mantenerse competitivo en un entorno regulatorio cada vez más exigente.
Zamudio subrayó que el sector energético, y en particular el hidrocarburífero, es uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero, razón por la cual enfrenta una presión creciente para reducir sus emisiones. “Nos guste o no, estamos en el centro del problema climático”, señaló. Agregó que “el 95% de las grandes empresas que reportan sostenibilidad ya tiene metas de reducción de emisiones de carbono”, y muchas vinculan su cumplimiento con los bonos ejecutivos.

En ese contexto, el reporte de sostenibilidad cobra especial relevancia. Este documento –también conocido como informe ASG o ESG– presenta de forma pública el desempeño ambiental, social y de gobernanza corporativa de una empresa. A diferencia de una memoria financiera, que muestra resultados económicos, el informe ASG revela cómo una organización se comporta frente a temas como cambio climático, derechos humanos, ética, eficiencia energética y relación con grupos de interés.
El estándar más utilizado a nivel mundial para este tipo de reporte, afirmó Zamudio, es el GRI (Global Reporting Initiative). Actualmente, más de 14 mil organizaciones en más de 100 países lo emplean. Entre ellas, el 96% de las empresas más grandes del mundo (G250) y el 68% de las Fortune 500. También lo utilizan más de 650 entidades del sector financiero, lo que refleja su peso e influencia global. Otras herramientas importantes incluyen el SASB, centrado en la información relevante para inversionistas, y los nuevos estándares IFRS S1 y S2, que fortalecen el vínculo entre sostenibilidad y desempeño financiero.
Finalmente, la experta enfatizó que la sostenibilidad está dejando de ser un compromiso voluntario para convertirse en un requisito legal. Regulaciones como la directiva de la Unión Europea, junto con exigencia de bolsas de valores e inversionistas, están marcando el camino hacia una mayor transparencia, medición de impactos y rendición de cuentas.