Desde las alturas de Puno hasta los exigentes escenarios del sector minero, Milagros Calcina Fernández ha demostrado que los sueños no tienen género ni límites. Técnica en farmacia de formación, Milagros decidió romper estereotipos para abrirse paso como operadora de maquinaria pesada en la gran minería, destacando recientemente como una de las ocho finalistas del “VI Concurso El Mejor Operador del Perú”, organizado por Ferreyros.
El evento, que se llevó a cabo en el Centro de Demostraciones de Ferreyros en Lurín, convocó a 2,800 inscritos de todo el país. Los participantes atravesaron una rigurosa etapa de evaluación, que incluyó pruebas de conocimientos técnicos y maniobras en simuladores. Solo ocho finalistas llegaron a la competencia final, donde demostraron sus habilidades en condiciones cercanas a las reales.
Aunque Milagros no logró quedar entre los cuatro primeros lugares, su participación ha sido ampliamente reconocida por su historia de perseverancia, su profesionalismo y por representar con orgullo a las mujeres que hoy se abren camino en una industria históricamente dominada por hombres.
“Siempre soñé con ser operadora, pero me cerraron las puertas muchas veces por ser mujer. Me decían que solo los varones podían manejar maquinaria pesada. Pero no me rendí, me preparé y demostré que sí podía lograrlo”, señala Milagros Calcina.
Actualmente, trabaja como operadora en la unidad minera Cuajone, de Southern Perú Copper Corporation, una de las principales empresas del sector. Allí, opera retroexcavadoras, cargadores frontales y continúa su formación para manejar camiones mineros, con el respaldo y la capacitación constante de la empresa.
La joven operadora también destaca el ambiente de respeto y aprendizaje mutuo que ha encontrado con sus colegas varones. “Me siento cómoda trabajando con ellos. Hoy en día, las empresas mineras están apostando por incluir más mujeres en sus operaciones. Estamos demostrando que somos capaces”, afirma.
Además de su trabajo diario, Milagros busca seguir perfeccionando sus habilidades. Reconoce que los nervios le jugaron una mala pasada en la etapa final del concurso, pero ya se prepara con disciplina para una próxima oportunidad. “Esto es un reto personal. Voy a volver y dar lo mejor de mí”, asegura.
Su historia es un ejemplo vivo de superación, empuje y transformación de los roles tradicionales en el mundo laboral. Desde Puno, Milagros representa a miles de mujeres que, como ella, rompen barreras y abren caminos en el rubro de la minería y la operación de maquinaria pesada.