La economía peruana continuó recuperándose y creció 3.4% en el inicio del cuarto trimestre, acumulando un avance de 3% en los 10 primeros meses del año. Sin embargo, la recuperación resulta insuficiente: comparado contra el cuarto trimestre de 2019, la economía peruana registra una expansión de 6% al cierre del tercer trimestre de 2024, por debajo de Colombia (12%) y Chile (9%), informó el Instituto Peruano de Economía (IPE).
El IPE actualiza al alza sus proyecciones del PBI a 3.2% en 2024 (antes 3%) y 3% en 2025 (antes 2.8%). La entidad revisa el 2024 por el mayor avance de las exportaciones (ante la recuperación de la pesca y el agro), el gasto público (tanto por mayor consumo como inversión públicas), así como, en menor medida, una revisión al alza del gasto privado.
“En 2025, el gasto privado mantendría su dinamismo ante la recuperación de la inversión privada sustentada en la mejora de la confianza empresarial, que ya acumula seis meses en terreno optimista a noviembre, y el inicio de la construcción de proyectos mineros, como Tía María, Zafranal, Pampa del Pongo, Reposición Antamina y Corani”, explicó el IPE.
Los tres primeros proyectos tendrán lugar en Arequipa. Sin embargo, la inversión privada se ajustaría en la segunda mitad del 2025 por la incertidumbre electoral. Para 2026, dicha incertidumbre restaría dinamismo al gasto privado y llevaría a una desaceleración del crecimiento del PBI a solo 2.3%.
Según el IPE, la principal fuente de inestabilidad macroeconómica para los siguientes años seguirá siendo la consolidación fiscal. El IPE proyecta cerrar el 2024 con un déficit fiscal de 3.8% del PBI (por encima de la meta de 2.8%). En 2025, el déficit se reduciría por los mayores ingresos esperados provenientes de la actividad del 2024. Para el 2026, el menor precio de los metales y el menor crecimiento afectarían la capacidad de continuar reduciendo el déficit. Así, considerando las reglas vigentes, se acumularían cuatro años consecutivos de incumplimiento de la regla de déficit fiscal.
El dinamismo de la economía en 2024 está vinculado principalmente a la recuperación del gasto privado y la expansión del gasto público, apoyado por los buenos resultados de las exportaciones. Por un lado, el avance del consumo privado responde a la recuperación gradual del mercado laboral en un entorno de inflación controlada y beneficiada por el retiro de fondos de AFP. Ello se ha reflejado en el crecimiento de los sectores de comercio (3.2%) y servicios (4.1%), marcando las mayores tasas en dos años.
En tanto, la inversión privada fue impulsada por las inversiones no mineras no residenciales (principalmente en los sectores electricidad, pesca e hidrocarburos). Además, las cifras adelantadas para octubre muestran un incremento del consumo de cemento (3%), lo cual indicaría una recuperación de la inversión residencial para el último trimestre del año, favorecida por la reducción de las tasas de interés hipotecarias.
Por su parte, el nivel de empleo privado formal en el Perú aún se encuentra 4% por debajo del ritmo que hubiera alcanzado sin la pandemia. Con ello, aún se registra una brecha de casi 200 mil empleos formales respecto a la tendencia que se habría alcanzado en un escenario sin COVID-19. Consistentemente, frente a un menor dinamismo laboral producto de la falta de inversión, los ingresos reales (sin contar el efecto inflación) de los trabajadores aún se mantienen 8% por debajo de los niveles de 2019, y 3% para los trabajadores formales.