Las autoridades brasileñas se están preparando para expulsar a los mineros ilegales de oro de una reserva indígena en la selva amazónica que ha sido atravesada por pistas de aterrizaje informales y contaminada con mercurio, dijo un funcionario.
El territorio Mundurukú cubre casi 24.000 kilómetros cuadrados (9.000 millas cuadradas) y alberga 61 aldeas de Mundurukú, Apiacas y otros grupos indígenas en un área conocida por violentas disputas territoriales.
La reserva Munduruku tiene la segunda minería ilegal en Brasil, según un informe visto por Reuters de la agencia gubernamental Censipam, que gestiona las operaciones de protección del Amazonas.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha prometido luchar contra la minería ilegal en tierras indígenas después de un aumento durante el gobierno de su predecesor Jair Bolsonaro.
Los mineros ilegales de oro han envenenado ríos y desencadenado crisis de salud pública en las reservas indígenas, que son responsabilidad del gobierno federal.
La operación planeada involucrará a organismos federales desde el Ministerio de Defensa hasta la agencia de asuntos indígenas Funai, dijo a Reuters Nilton Tubino, quien ha estado coordinando esfuerzos similares en el territorio yanomami en el extremo norte de Brasil.
El territorio Yanomani, donde los mineros ilegales también han sido vectores de malaria y otras enfermedades contagiosas, es el que ha visto la mayor minería ilegal, dice Censipam.
Las autoridades han identificado 21 pistas de aterrizaje informales en el territorio Mundurukú que proporcionan suministros para la actividad minera, según el informe de Censipam. Turbino dijo que la operación tendría como objetivo cortar el suministro para actividades ilegales en asociación con los reguladores de combustible y aviación de Brasil.