Cada país en Latinoamérica y el Caribe debe determinar su forma de equilibrar su seguridad energética, su equidad energética y el cuidado del ambiente, resaltó Carlos Garibaldi, secretario ejecutivo de la Arpel, la asociación de empresas e instituciones del sector petróleo, gas y energía renovable más importante de la región. En muchos de estos países, incluido el Perú, el gas natural deberá ser usado como complemento de las renovables dado que ofrece una “victoria rápida” en el proceso de descarbonización.
Garibaldi, en un taller organizado por el Consejo Departamental de Lima del Colegio de Ingenieros, refirió que el gas natural emite 20-25% menos CO2 que los combustibles líquidos y 45-50% menos que los carbones. Y en países como el Perú, “tiene relativamente bajo costo, está siempre disponible, es seguro, sus tecnologías están plenamente probadas, tiene infraestructura”.
Al cierre del 2023, las conexiones de gas natural en el Perú llegaron a 2,148,275, un alza del 15.5% respecto al año previo.
El gas natural aporta, además, seguridad y flexibilidad a sistemas energéticos sujetos a variables climáticas o estacionales. Puede también apalancar al biometano y al hidrógeno y en simultáneo provee una base sinergética no interrumpible y confiable. La eólica necesita viento, la fotovoltáica luz solar y la hidráulica agua. Cuando no hay lluvia, viento o sol, siempre estará el gas natural.
En el último año, el consumo de gas natural en el Perú alcanzó los 1,382 millones de pies cúbicos diarios (Mpcd), 5 % más respecto al 2022. El mayor consumo correspondió al sector de generación eléctrica, con 523.8 Mpcd, un 38.1% del total, y un crecimiento del 5.8% respecto al 2022. Al cierre del 2023, las conexiones de gas natural en el Perú llegaron a 2,148,275, un alza del 15.5% respecto al año previo.
Se deben acelerar las transiciones, pero como las energías alternativas no son aún plenamente escalables, debemos seguir brindando seguridad energética, de allí la importancia de los hidrocarburos, cuya presencia en el futuro es casi segura. Hoy el mundo consume cinco veces más carbón que hace 100 años, resaltó Garibaldi. Bajo cualquier escenario, la transición energética necesitará petróleo y gas natural.
Metano
Más nocivo para el medioambiente que el CO2 es el metano (CH4). Según datos de la Arpel, el sector energético no sería el mayor responsable de las emisiones de CH4 en América Latina. Se calcula que 40% del metano que se emite a la atmósfera procede de fuentes naturales: humedales, volcanes, termitas, basurales, afloramientos, cráteres marinos, etc.
Pero el restante 60% tiene un origen antropogénico y la ganadería (55%) es su principal fuente, seguida de la industria (26%), el sector energético (13%), la minería y los basurales. “Ahora toca pensar en soluciones para atrapar el metano”, dijo Garibaldi. “Incorporar tecnologías de detección, medición y reducción de fugas de metano”.