Una cuarta parte de los proyectos de minería de cobre del mundo corren un riesgo cada vez mayor debido a los impactos del cambio climático, y se espera que las lluvias extremas afecten la producción del metal crucial para la transición global a la energía limpia para 2050, según muestra una nueva investigación de Verisk Maplecroft difundida por el portal Mining.com.
Según el estudio de la firma de inteligencia de riesgos, se prevé que alrededor del 25% de los proyectos cupríferos mundiales enfrentarán un riesgo “alto” o “muy alto” de precipitaciones extremas para mediados de siglo. Se espera que los principales países productores de cobre, incluidos Canadá, Australia y la República Democrática del Congo (RDC), sean los más vulnerables a las perturbaciones relacionadas con el clima.
El Índice de Precipitación Extrema de Verisk Maplecroft, que mide la frecuencia y la intensidad de las fuertes lluvias en siete horizontes temporales diferentes y tres escenarios de emisiones, muestra que el 19% de las minas de cobre ya enfrentan riesgos significativos debido a eventos climáticos extremos. Se espera que esta cifra aumente a medida que aumenten las temperaturas globales, lo que provocará lluvias y sequías más intensas.
“Los riesgos para la salud y la seguridad de los trabajadores, los caminos de acceso dañados y los daños eléctricos y estructurales en las instalaciones del sitio pueden tener un impacto en la producción”, dice Jimena Blanco, analista jefe de Verisk Maplecroft. Señala que estos impactos probablemente se extenderán más allá del sitio de la mina y afectarán a las comunidades locales y las cadenas de suministro.
Canadá y Australia representan poco menos de la mitad (47%) de los 718 proyectos de cobre evaluados dentro del análisis de la consultora, que se centra en sitios mineros etiquetados en etapa de “exploración avanzada” o basados en datos de Costmine Intelligence.
Se prevé que el número de sitios cupríferos canadienses que enfrentan riesgos altos o muy altos debido a precipitaciones extremas aumentará a más del doble, de 16 proyectos actuales a 42 a mediados de siglo (en un escenario de emisiones intermedio). Australia, que alberga el segundo mayor número de sitios potenciales, experimentará un aumento marginal, de 27 sitios actuales a 28 en 2050, lo que dejará en riesgo el 17% de los proyectos de cobre del país. También se prevé que países como México y la República Democrática del Congo, con menos minas de cobre potenciales, enfrenten mayores riesgos.