La experta en desarrollo de proyectos y gestión de operaciones mineras, Rafaela Delgado, sostuvo que cuando se habla de aprovechamiento de agua en la industria minera, se debe tener en cuenta los impactos que se generan sobre la cantidad y la calidad de las aguas en sus fuentes superficiales y subterráneas, así como aquellos componentes asociados a los servicios ambientales, referidos a esta, en el sistema cuenca.
“Pongamos en relieve cómo encarar, por ejemplo, los impactos en procesos como el arrastre de sedimentos, la dinámica de los cauces, aquella afectación a la biodiversidad en ciertos espacios hídricos, la recarga de acuíferos, entre otros y, en función a eso, establezcamos acciones de prevención, minimización y rehabilitación a lo largo de la vida útil del proyecto minero y después de esta. Lo usual es focalizarse en las afectaciones en cuanto cantidad superficial o subterránea que pueden darse en ríos, lagunas o humedales, y en calidad se abordan aspectos químicos, físicos y biológicos, pero esta es solamente la base”, destacó.
Señaló que los impactos se empiezan a analizar de manera estructurada y orgánica en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) pero este no es el único momento donde se tienen que hacer estos análisis, según la especialista. “El EIA es una herramienta preventiva que, como su calificación lo indica, se hace antes de que el proyecto empiece, por lo que se necesita ir calibrando y verificando si las previsiones de impacto fueron mayores o menores a las reales y por tanto si las medidas de mitigación son insuficientes o exageradas”.
Agregó que lo ideal – y es hacia donde se avanza- es que los presupuestos para rehabilitación sean gastados para su fin original y no solo para cumplir con la fiscalización. “Los titulares mineros, autoridades evaluadoras e interesados de las áreas de influencia debemos seguir trabajando para viabilizar la actualización de los compromisos ambientales y también sociales. Será y es un trabajo complejo pues se trata de compromisos que tomó el titular minero con las áreas de influencia a través de procesos de participación ciudadana pero la generación de valor valdrá la pena”, puntualizó.
La especialista, quien ha liderado gerencias de medio ambiente, permisos y seguridad de importantes empresas mineras en el Perú, manifestó que el manejo integral de agua y de los ecosistemas asociados a esta se decide en los espacios formales de la cuenca. Por parte de los titulares mineros existe un interés por avanzar el trabajo en estos espacios de gestión, usualmente regionales, y se espera que con todos los actores involucrados se logren las metas.
Consultada sobre casos de éxito en el manejo de agua en empresas mineras, la ingeniera Rafaela Delgado comentó que varias compañías dan a conocer los proyectos de optimización en el uso de agua para procesos mineros, minimización en impactos en calidad, y también sus métodos para hacer una reducción de los consumos y volúmenes utilizados en actividades complementarias. Asimismo, se suele mostrar también investigaciones para mantener este círculo virtuoso. “No solo es de interés particular de cada compañía minera; el principio de aprovechamiento eficiente del agua y su conservación ambos enmarcados en la norma y en los estándares internacionales de gestión; es algo de lo que no nos podemos sustraer”, refirió.
Water Week Perú 2024 es un evento organizado por la Asociación Peruana de Ingeniería Hidráulica y Ambiental (APIHA) con el apoyo de Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), que se desarrollará el de 18 al 20 de marzo, en las instalaciones de esa casa de estudios.