Perú es un mercado de gran potencial para el desarrollo de proyectos de energías renovables. ClimateScope de BloombergNEF coloca al país entre los 15 mercados emergentes más atractivos para proyectos de transición energética. Ante los retos actuales que representa la crisis climática, es clave entender este concepto y, a su vez, las estrategias que se están poniendo en marcha desde los diferentes actores claves del sector energético.
Edwin Zorrilla, sales manager para Perú y Bolivia en Schneider Electric, afirmó que la transición energética representa un cambio fundamental en la forma en que producimos y consumimos energía, alejándonos progresivamente de los combustibles fósiles y dirigiéndonos hacia fuentes de energía renovable, como la solar, la eólica, la hidráulica y el hidrógeno. ‘’La transición energética además de ser esencial para mitigar el cambio climático, también representa una oportunidad para innovar, crear empleos y construir un futuro más limpio y sostenible para las generaciones venideras”, agregó el ejecutivo.
La transición energética requiere de esfuerzos de sectores importantes. El Acuerdo de París estableció un objetivo claro de limitar el calentamiento global entre 1,5 y 2,0 grados. Frente a este gran reto, se han desarrollado soluciones bajas en carbono y se han creado nuevos mercados. Hasta hoy, no han sido suficientes.
Numerosas naciones, territorios, ciudades y empresas están estableciendo objetivos de neutralidad de carbono, y las tecnologías libres de carbono están ganando competitividad en diversos sectores económicos, representan ya el 25% de las emisiones totales.
Grandes empresas de petróleo y gas están en proceso de transformación para convertirse en empresas energéticas integradas. Estas compañías están tratando de diversificar sus ingresos y operaciones mientras mantienen flujos de dividendos y valoraciones de acciones basadas en su legado de hidrocarburos.
Para lograrlo, necesitan cambiar rápidamente sus modelos operativos, mejorar las capacidades de gestión del carbono y comprender aspectos clave como la producción y reducción de carbono en sus productos, así como la comunicación efectiva de esta información a reguladores, inversores y consumidores.
Las empresas de petróleo y gas también deben tener en cuenta la valoración de los inversores sobre el carbono y su impacto en las valoraciones y la financiación. En un contexto donde la sostenibilidad y las prácticas respetuosas con el medio ambiente son cada vez más valoradas por los inversores, la capacidad de las empresas para gestionar y comunicar sus emisiones de carbono se convierte en un factor crítico para su éxito futuro.
La transición hacia un futuro sostenible implica considerar tanto el suministro como la demanda de energía. Según el enfoque de Net Zero de la Agencia Internacional de Energía (AIE), un tercio de las reducciones de emisiones necesarias en esta década deben provenir de un consumo de energía más inteligente y eficiente. Afortunadamente, las soluciones energéticas del lado de la demanda, respaldadas por la digitalización y la electrificación, están cada vez más disponibles y aceptadas.
La conclusión es clara: una transición energética justa, impulsada por la eficiencia energética y facilitada por la digitalización y la electrificación, no sólo puede acelerar significativamente la descarbonización, sino que también puede abordar la crisis energética, reducir los costos y aumentar la seguridad del suministro.