En diciembre del 2022, poco antes del inicio de las protestas y en medio de un inestable escenario político, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) anunció que la proyección de crecimiento económico de Perú para 2023 se reduciría de 3% a 2.9%.
Sin embargo, tras el inicio y persistencia de las manifestaciones, este escenario podría tener cambios a la baja. Por ejemplo, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) estimó que, en caso persista la conflictividad, solo habría un crecimiento de 2% en el primer trimestre del presente año. Por el contrario, de lograr un consenso, el PBI de los tres primeros meses tendría un avance de 3%.
Frente a este panorama, Giacomo Puccio, investigador de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES), comenta acerca del riesgo que generan las manifestaciones: “Las perspectivas económicas para este año de por sí no eran muy positivas. Y, con el estallido social, las cosas podrían empeorar. Esto se debe a que se reduciría aún más la confianza empresarial y, por ende, la inversión privada, contratación de personal e ingresos”
“Un crecimiento del 3% del PBI ya es bajo; entonces, si la tasa fuera incluso menor, como proyecta Moody’s, se verán afectados el desempeño y recuperación de algunos sectores, como agroexportación, minería y turismo, que se encuentran entre los más perjudicados. Al mantener aeropuertos y carreteras cerradas, los productos agrícolas se malogran y se pone en riesgo cumplir con los clientes en el extranjero, las mineras cierran operaciones por no contar con los insumos necesarios y los turistas, locales y extranjeros, tienen que cancelar sus viajes, lo cual afecta profundamente a estos sectores”, señala Puccio.
La agencia calificadora de riesgo internacional Moody’s estimó hacia finales de enero que el crecimiento del PBI sería menor a 1.9% para fines del 2023, por debajo de lo que proyectan el MEF y el Banco Central peruano, pues las protestas tendrán repercusiones en las proyecciones de mediano plazo.
Puccio indica que no debemos perder de vista el riesgo de una mayor inflación y un incremento de la pobreza. “Los precios en la economía ya estaban altos antes de que inicie el conflicto y venimos de un año que tuvo un bajo crecimiento, más empleo informal y menos capacidad adquisitiva por la inflación”, dijo.
En opinión del experto, la situación actual no solo está conduciendo a pérdidas económicas, sino a pérdidas de vidas humanas que son irreparables. Por ello, expresa que las autoridades deben estar a la altura de las circunstancias y facilitar salidas rápidas y pacíficas de la crisis.