La utilidad neta de la cementera Pacasmayo fue por S/ 10.7 millones al cierre del primer trimestre, una disminución de 64.5%, debido principalmente a las menores ventas y mayores costos como resultado de la parada en la producción por el Covid-19. Además sus ventas disminuyeron en 4.4%. No obstante, el ritmo era bueno hasta la aparición de la pandemia. Durante los primeros dos meses del 2020, las ventas se incrementaron en 14.4% comparado al mismo periodo del 2019.

“Creemos que es importante mencionar la tendencia que estábamos experimentando antes de que se declarara el estado de emergencia. Si observamos los ingresos durante los primeros dos meses del año, en comparación con el mismo período de 2019, vemos un aumento significativo del 14.4%. Al igual que en trimestres anteriores, el concreto se desempeñó excepcionalmente bien, aumentando casi un 53% interanual a febrero de 2020”, comentaron desde Pacasmayo en documentos enviados a la Superintendencia del Mercado de Valores.

El 15 de marzo de 2020, el presidente Vizcarra declaró el estado de emergencia para evitar la propagación masiva de Covid-19 en el Perú. Desde entonces, el país ha estado paralizado, sin producción ni ventas de ningún bien o servicio, excepto los que se consideran esenciales. 

La demanda de cemento en Perú es cubierta principalmente por Pacasmayo, Unacem y Cementos Yura, y en menor medida por Caliza Inca, importaciones y otros pequeños productores. Pacasmayo cubre principalmente la demanda de la región norte del país, mientras que Unacem se enfoca en el centro y Cementos Yura lo hace en el sur del país.