Un cluster minero: La promesa industrial que espera Arequipa

Un cluster minero: La promesa industrial que espera Arequipa

En el país operan más de quinientas empresas mineras. Estas han invertido en conjunto más de US$2,500 millones en la primera mitad del año. Anglo American (Quellaveco), Marcobre (Mina Justa), Chinalco (Toromocho) y Southern (Toquepala) son las que más capital han desembolsado hasta el momento.Todas estas inversiones dinamizan la economía. ¿Esta cantidad de compañías que buscan y extraen metales en el territorio nacional, son suficientes para crear un clúster minero? ¿Qué tipo de cooperación existe entre las mineras que operan en el Perú de no ser así?

Los más optimistas sostienen que la creación de un clúster minero en el Perú es cuestión de tiempo, al menos en el sur del país, zona que presenta las mejores condiciones para un desarrollo natural del encadenamiento productivo de la actividad. Otros afirman que por ahora es imposible que exista un clúster minero en el Perú porque las empresas extractivas, a diferencia de otros países como Australia, Canadá e incluso México, se han divorciado de las universidades peruanas. Cuando buscan una solución tecnológica, indican, voltean la cara hacia las naciones desarrolladas.

Una de las más fuertes industrias en el país es la minería, pero no lo entendemos así. Un país que lo ha entendido de ese modo desde hace mucho tiempo es Australia y ahora disfruta de los resultados de esta apuesta. En el estado australiano de Queensland las empresas mineras asentadas allí, más de doscientas, cooperan para competir y no compiten sin antes haber cooperado.

En Queensland, fruto de la colaboración entre empresas, Estado y academia, funcionan a la fecha un instituto para la minería sustentable y un centro de competitividad para la minería. Ambos centros de investigación han sido creados con el aporte de las empresas mineras y con la buena disposición de los académicos australianos. ¿Acaso no anhelamos lo mismo en el Perú?

La minería es la columna vertebral del desarrollo del país. Y quien lo niegue tiene la tarea de negar estos hechos: el grueso de la inversión privada tiene como destino la minería, el 59% de las exportaciones peruanas provienen de la actividad extractiva y el 14% de todo lo que producen las manufactureras es consumido por la minería.

Esta industria es una fuente de recursos que el Estado ha utilizado para reducir en poco más de una década los indicadores de pobreza de 55% a 22%. La cartera de proyectos mineros supera los US$58,000 millones. La actividad minera es relevante pero podría serlo aún más.

La idea para darle un empujón más es crear un clúster, y una cadena de valor de proveedores mineros se podría desarrollar naturalmente en la ciudad de Arequipa. Desde allí se atendería a las regiones de Apurímac, Cusco, Tacna, Moquegua y a la misma Arequipa, donde existe una infraestructura que le permitiría convertirse en clúster minero: cuenta con el puerto de Matarani y está cerca al puerto de Ilo. Es también sede de importantes universidades y de una diversidad de empresas proveedoras de alcance nacional.

Un estudio no muy antiguo del Consejo de Competitividad y el Ministerio de la Producción determinó que en el Perú hay 41 cadenas productivas. En el documento “Elaboración de un mapeo de clústeres en el Perú”, desarrollado por Consorcio Clúster Development, Metis Gaia y Javier D’Avila Quevedo, se asevera que estas cadenas de valor necesitan solo de una “articulación” para convertirse en clústeres. Hay potencial para un clúster hortofrutícola, logístico, de turismo, minero y “auxiliar minero”, y si bien el desarrollo de todos los 41 podría comenzarse más pronto que tarde, son 16 los identificados por el estudio como las cadenas de valor con más posibilidades de éxito. Uno de ellos es la minería. Y para ser más específicos, la minería al sur del país, por donde se exporta la mitad de la producción del cobre nacional.

¿QUÉ ES UN CLÚSTER?

Los clústeres no son aglomeraciones de compañías. Cincuenta o cien empresas cercanas unas de otras no garantizan que allí haya un clúster. “Para que exista uno, los agentes económicos deben cooperar efectivamente con el fin de crear valor”, comentó en una oportunidad Piero Morosini, investigador de Centrum Católica, al respecto.

No existe un clúster de cualquier actividad industrial si no confluyen ciertos aspectos comunes: cercanía geográfica, encadenamientos productivos naturales y no forzados, cooperación, entendida como la creación de centros de investigación conjuntos, y siempre enfocados en alcanzar el objetivo de la innovación. Si faltara una de estas características, entonces no podemos afirmar que exista un clúster.

Un clúster es Silicon Valley, hoy una incubadora de empresas, aunque para algunos es más una fuente de ideas que se rentabilizan con el tiempo. Este escenario de la Bahía de San Francisco es el lugar en el que se han asentado empresas como Google, Facebook, Apple, la productora de videojuegos Electronic Arts, Sun Microsystems, Cisco Systems, Netflix, la fabricante de tarjetas de vídeo Nvidia, Adobe Systemas, Tesla Motors, HP, Intel y hasta la constructora de aviones de combate Lockheed Martin.

Alguna vez el Perú contó con un clúster minero en Cerro de Pasco. Y el hecho de que no exista hoy implica que lo hicimos mal ayer»

Algo parecido podría desarrollarse con todas las industrias. En un tiempo hubo muchos fabricantes de autos en Detroit que ahora lo están en China. Un clúster es siempre una oportunidad, y en el sur peruano está latente.

Michael Porter, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard, piensa que los clústeres son la nueva y mejor forma de competir en un mundo cada vez más conectado. “Mucha de la sabiduría convencional sobre cómo las naciones y compañías compiten necesita ser revisada”, escribió en un artículo para Harvard Business Review. “Hoy el mapa económico del mundo es dominado por lo que llamó clústeres: masas críticas —en un lugar— de éxito competitivo infrecuente en ciertos campos”, redactó a continuación.

El académico Porter, inventor de lo que llama el valor social de una empresa, sostiene que los clústeres representan una forma novedosa depensar en la localización, cómo las universidades pueden contribuir con aumentar las ventajas competitivas de una industria o nación, y cómo desde los gobiernos se puede promover la prosperidad.

Los clústeres proveen de entrenamiento especializado, educación, información, investigación y soporte técnico para todas las industrias. Es un hecho incuestionable que los clústeres, como bien dice Porter, para que funcionen como se espera, deben establecer una fuerte presencia local, hacer sustanciales inversiones y forjar relaciones con los gobiernos de turno y con instituciones como escuelas, empresas de servicios públicos y centros de investigación.

Alguna vez el Perú contó con un clúster minero en Cerro de Pasco. Y el hecho de que no exista hoy implica que lo hicimos mal ayer. Sin embargo, el mundo nos obligará, si es que no lo hace ya, a “cooperar para competir”.

Recientemente el grupo Propuesta Ciudadana publicó el estudio “Clúster minero en el sur peruano: visiones y su vínculo en el desarrollo regional”, en el cual analiza el presente de las empresas alrededor del rubro minería y sus expectativas. El análisis del estudio sostiene que la metalmecánica es un filón potente a ser desarrollado en la tierra mistiana, siendo básico para consolidar lo que podría ser un clúster minero vinculado a la minería. Esta posibilidad se da pese a que  la mayoría de este tipo de empresas es aún pequeña.

En Arequipa, se calcula que son 2599 las metalmecánicas; varias de las cuales exportan máquinas de sondeo, acumuladores eléctricos de  plomo o grupos electrógenos. Esta potencial industria se nutre de la presencia intensa de instituciones como SENATI y Tecsup que desde hace mucho han generado una mano de obra calificada con capacidad de participar de la gran industria que se pueda instalar en Arequipa.

Solo faltaría que el sector minero se atreva a encender la mecha confiando en las compras de volumen alentando la consolidación de las metalmecánicas.

En Brasil hay un clúster para producir caucho, y en Chile, la Asociación de Industriales de Antofagasta es en esencia un clúster minero asentado en la región chilena que más cobre produce en el mundo, con presencia de empresas como Codelco, BHP Billiton, Anglo American y tantas otras.

En el mismo EE.UU., en la ciudad de Boston, encontramos el clúster Akamai Technologies, que produce contenido para Internet, y el clúster de la moda en Nueva York, específicamente ubicado en ocho cuadras del barrio de Manhattan, en el distrito de Garment, en el que diseñadores, mayoristas, costureros, vendedores de telas, de botones y otros ofrecen sus servicios.

En cierto modo, Wall Street es un clúster financiero y Hollywood, un clúster del entretenimiento. Compañías como Ferragano y Gucci, y otras, han creado un clúster del cuero en Italia. Por el momento y como están las cosas, el único clúster que existe en el país es el de la incertidumbre y ese no genera ingresos.