La planta de Río Seco nació por la necesidad de la minera Buenaventura de remover el manganeso, para convertirlo en un producto químico de excelente calidad y agregándole valor al concentrado de plata de su unidad minera Uchucchacua. Y ahora la compañía avanza en la inclusión de nuevos procesos de ingeniería y químicos para aprovechar sus valiosos activos de cobre.

La minera planea, ahora, con el proyecto metalúrgico Río Seco, el remover y fijar el contenido de arsénico presente en los concentrados de cobre. 

La finalidad del proyecto es incrementar el valor de los concentrados que actualmente produce la unidad minera El Brocal, el yacimiento que potencia la empresa y que espera se convierta en un depósito cuprífero relevante. Adicionalmente, con Río Seco, Buenaventura revaloraría su proyecto de sulfuros en Coimolache (Cajamarca).

Víctor Góbitz, director ejecutivo de la minera peruana que cotiza en la Bolsa de Valores de Nueva York, reveló recientemente a inversionistas, el pasado 30 de octubre, que Río Seco – «nuestra planta química»- espera completar su etapa de prefactibilidad en el primer semestre de 2020 y que su Estudio de Impacto Ambiental «está en progreso».

El ejecutivo, no obstante, precisó que ya han comenzado pruebas piloto «aplicando la tecnología de FL Smith». «Tenemos la intención de desentrañar el valor de nuestra cartera de cobre con este proyecto», esclareció.

Río Seco es el resultado de una investigación de más 40 años, muchos desvelos y varios fracasos. La planta se encuentra ubicada en Pampa Jaguay de la Comunidad Lomeras de Huaral, provincia de Huaral departamento de Lima.

Actualmente Río Seco lixivia concentrado de plomo y plata altos en manganeso (25%) con ácido sulfúrico; produce un concentrado con bajo manganeso (<5%) dando un valor agregado al mineral de plata extraído principalmente de Uchucchacua. Es también el proceso que hará rentable la mina satélite Yumpag.