
La mina, una de las principales productoras de cobre del país y la empresa que más contribuye con las arcas públicas de Arequipa, quiere acelerar el paso. Este artículo aparece en la edición Nº80 de Energiminas.
Freeport McMoRan ha notado ciertas mejoras en su desempeño del segundo trimestre con el reinicio de actividades en Cerro Verde, la mina peruana acantonada en la región Arequipa, y que luego de realizar solo operaciones de mantenimientos críticas, ha vuelto ha conseguir un ritmo de producción expectante de cara a lo que resta del año. Las ventas de Freeport-McMoRan en el segundo trimestre han sido mayores a sus estimados en un contexto de pandemia gracias a su producción en Indonesia con Grasberg, en EE UU con Morenci y en Perú con los embarques programados en Cerro Verde.
El precio promedio del cobre durante el trimestre abril-junio fue de US$ 2.55 por libra, inferior al mismo promedio trimestral del año anterior de US$ 2.75 por libra. Esto por supuesto genera efectos adversos en el resultado final de los ingresos, pero en la empresa prevalece un clima de prudencia. Al menos esto confesó Richard Adkerson, presidente ejecutivo de la empresa, quien confesó que además de las restricciones impuestas por el Gobierno desde marzo a mayo, en Cerro Verde solo ha habido “impactos muy limitados de la pandemia en nuestros sitios operativos”. Empero, es consciente de cuán rápido puede propagarse el virus, y por tanto “seguimos siendo diligentes y firmes en la protección de las personas”.

Y añadió: “Como dije en abril, presentamos nuestros planes para abordar nuestro negocio e impulsar la liquidez en lo que entonces era un entorno de mercado muy débil y volátil. Como recordatorio, presentamos nuestro plan para reducir los costos y el gasto de capital en 2020 en más de US$ 2.000 millones”, “la reducción de aproximadamente el 15% de nuestra producción de cobre planificada” y una gestión basada en la reducción de costos. Para junio, Cerro Verde alcanzó el 80% de su capacidad total de producción y actualmente continúan “aumentando la productividad con protocolos que protegen a los trabajadores en la comunidad que rodea Arequipa”, dijo Adkerson.
Tras la admisión del Gobierno peruano de permitir el reinicio de operaciones las grandes operaciones mineras, en mayo, Cerro Verde inició a un tercio de su capacidad total de producción, para progresivamente ir subiendo. Freeport refirió que actualmente las concentradoras trabajan a un paso de 350.000 toneladas por día y es muy probable que mantengan ese mismo ritmo todo el año, aunque ambicionan superar por mucho esa cifra. “Hemos demostrado en el pasado que el moderno complejo concentrador en Cerro Verde, puede producir a tasas de más de 400.000 toneladas métricas por día”, dijo el CEO de Freeport a los bancos de inversiones. “Cerro Verde ha sido un gran contribuyente a la economía local, uno de los empleadores más grandes de la región, tiene un futuro brillante a largo plazo. Cerro Verde es simplemente un gran activo a largo plazo para Freeport”.
El mundo de abril no es el de agosto. En todo el planeta, el estímulo monetario ha intentado compensar la recesión económica provocada por el covid-19, y actualmente las empresas como Cerro Verde empiezan a notar un ligero fortalecimiento de las economías globales y constatar signos positivos de incipiente (aunque larga) recuperación, como la producción de automóviles, que comienza a mejorar. “Los suministros de cobre durante esta pandemia de covid-19 se han visto afectados, tanto el suministro de minas como la disponibilidad de chatarra son menores”, dijo Adkerson. “En particular, los inventarios se han mantenido bajos”.
Por lo pronto, Sociedad Minera Cerro Verde ha presentado un plan al Senace para mejorar la eficiencia en sus dos plantas concentradoras y optimizar algunos tramos de su faja transportadora. Se trata de su “Quinto Informe Técnico Sustentatorio de la Modificación del Estudio de Impacto Ambiental y Social de la Expansión de la Unidad de Producción Cerro Verde”, y en él destaca que planea invertir US$290 millones en una serie de mejoras en la mina. La empresa controlada por Freeport-McMoRan centra sus esfuerzos en las concentradoras C1 y C2. Estos trabajos no implican modificar sus respectivos procesos metalúrgicos actualmente aprobados, ni mucho menos cambiar las capacidades aprobadas previamente.

Ha hallado cuellos de botella en la faja transportadora que va hacia la concentradora C2, requiere el urgente uso de reactores de flotación directa para aumentar el rendimiento del sistema de flotación de gruesos y necesita además reemplazar su sistema de dosificación de silicato de sodio en su planta de molibdeno.
Es obvio que Cerro Verde no está donde quiere estar en términos de producción en estos momentos. Kathleen Quirk, la jefa responsable de Operaciones, lo ha dejado claro: la mina no ha operado al ritmo que esperaba Freeport, pero se han puesto a la tarea de conseguir un rápido y constante aumento. El objetivo de la empresa es aumentar su producción global en 1.000 millones de libras de cobre para 2022, y el plan se sostiene en los trabajos de diseño de Grasberg, en Indonesia, y en el incremento del procesamiento de mineral en Cerro Verde.
Autor: Energiminas (info@prensagrupo.com)