
La masificación del gas de Camisea en el norte del país arrancó a finales del 2017. Desde entonces, el concesionario del proyecto, la colombiana Quavii (otrora Promigas), ha llevado el preciado hidrocarburo a miles de hogares y decenas de industrias en Chimbote, Huaraz, Trujillo, Chiclayo, Lambayeque, Pacasmayo y Cajamarca. Y esta mañana, Alberto Polifroni, gerente general de la empresa, ha revelado que Quavii confía en cerrar contratos con clientes mineros en el 2019.
El ejecutivo no reveló los nombres de las empresas, en estricta reserva debido a compromisos contractuales pero aseguró que el gas natural interesa mucho a las mineras, tanto las de la gran minería (aquellas con capacidad para más de 5,000 toneladas de mineral por día) como a las medianas y pequeñas.
Alberto Polifroni aseveró que las negociaciones con varias de estas empresas están muy avanzadas y los acuerdos deberán cerrarse en los próximos meses.
Quavii, de capitales colombianos, tiene como meta este año llegar a 30 mil domicilios. Su obligación con el Estado peruano es conectar 150 mil viviendas en cinco años, aunque los ejecutivos de la compañía han sostenido que esa meta será superada. La inversión para lograr las 150,000 conexiones en el norte del país será de US$220 millones.
Quavii es la empresa responsable de la comercialización y la distribución de gas natural a siete ciudades de la región norte de Perú. En el mes de octubre, la organización instaló la primera estación móvil que suministrará Gas Natural Licuado (GNL) a vehículos de carga pesada y transporte de pasajeros en el Perú. Despachará desde la ciudad de Trujillo.
Autor: Jean Pierre Fernandez (jpfernandez@prensagrupo.com)