
El Perú necesita un «zar de las inversiones», dijo Víctor Góbitz, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), una persona (o un equipo de ellas) que “articule y agilice las inversiones públicas que serán realizables ante un déficit fiscal creciente” y que al mismo tiempo estructure «todos los proyectos de inversión privada que sean factibles realizar».
Los cálculos económicos indican que el PBI de este año se contraerá entre un 15% y un 20% en comparación con el 2019 y este hecho, escribió Góbitz Colchado, para el portal Lampadia, «en términos prácticos supone un incremento un sustancial del desempleo y por ende un crecimiento de los índices de pobreza».
Hay una recesión mundial que implica menores precios internacionales para “nuestra oferta de metales industriales (cobre, zinc, plomo, estaño, molibdeno y hierro); y a su vez una gran disminución de la demanda interna” gatillada por el coronavirus.
«Por tanto deberíamos colocar dentro la agenda del ‘zar de las inversiones’ – sostuvo el presidente del IIMP-, la continuidad de los proyectos mineros en construcción como Quellaveco, Mina Justa y la expansión de Toromocho; la promoción de las exploraciones mineras, que tienen mínimo impacto ambiental y resultan imprescindibles para asegurar los planes de largo plazo de esta industria estratégica para el país; y generar los consensos para incorporar en la cartera de proyectos a Tía María, Corani, Río Blanco, Tambogrande, Quilish, Conga, entre otros».
El sector minero peruano aporta entre 12 y 14 % del PBI del país, contribuye con el 60% de las divisas, genera empleo directo para más de 200,000 personas, y si consideramos su cadena de proveedores de bienes y servicios, dijo Góbitz, es responsable de emplear a más de 1 millón de peruanos.
Autor: Jean Pierre Fernandez (jpfernandez@prensagrupo.com)