Presidente del IIMP: “Cajamarca podría producir más de un millón de toneladas de cobre anuales»

Luis Rivera, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), afirmó en una ocasión que su gran desafío era desmitificar ciertas aseveraciones sobre la actividad minera en general. Una de ellas es la afirmación que sostiene que “la minería consume mucha agua, cuando lo cierto es que hay operaciones mineras que reciclan el 100% del agua que utilizan”.

A esta dura tarea de esclarecimiento de la información y de los procesos mineros actuales se han sumado otros retos como el fomento de las exploraciones mineras, el encadenamiento de la academia con el sector privado y, más urgente aún, el proyecto Tía María, cuyo gran reto, a juicio de Rivera, es “convertirse en el mejor ejemplo de convivencia entre minería y agricultura”. En esta conversación, el también vicepresidente de Gold Fields para América, habla de ese punzante asunto y también de muchos otros.

Pablo de la Flor, gerente general de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, señaló que “el balance del 2018 es que hay un punto de inflexión en materia de nuevas inversiones”.¿Usted también comparte esa misma opinión? ¿Despegarán las inversiones mineras en el país? ¿Cuáles son los fundamentos subyacentes para pensar positiva o negativamente sobre el asunto?

En líneas generales existe un consenso sobre el impulso de proyectos como Quellaveco, Mina Justa y Ampliación Toromocho que han permitido recuperar el ritmo y la confianza en las inversiones mineras. Sin embargo, debemos anotar que a la fecha lo que tenemos son proyectos pequeños para los próximos años, por lo cual es necesario redoblar esfuerzos para darle marcha a emprendimientos de mayor envergadura como Conga, Los Chancas, Pampa de Pongo o el mismo Michiquillay, entre otros. Es necesario también sincerar la cartera de proyectos por lo menos hasta el 2030 para tener una visión más clara de nuestro futuro.

La reactivación de Quellaveco ha sido, a todas luces, la gran noticia del 2018. ¿Cuál cree usted que será la del 2019? Sé que no es mago ni visionario, ¿pero no se anima a poner fichas por alguno de ellos?

Está claro que el inicio de construcción de estos proyectos mineros modificó, en cierta medida, las proyecciones de crecimiento de inversión minera en el 2018 que cerró con una inversión de alrededor de US$5,000 millones, 25% más que el 2017. Sería ideal que este año, además de los proyectos anunciados por el Gobierno, se cuente también con la construcción del proyecto cuprífero Tía María, que representa una inversión de US$ 1,400 millones. El reto de este emblemático proyecto es convertirse en el mejor ejemplo de convivencia entre minería y agricultura, y demostrar así que el sector minero es un modelo de gestión hídrica en el Perú.

Usted ha declarado que la nota negativa del 2018 la dio el diferimiento de los permisos para el inicio de construcción de Tía María. ¿Qué cree ahora sobre el proyecto de Southern?

El caso Tía María es un tema urgente ya que este año podría perder la certificación ambiental con lo cual tendrían que volver a realizar todo el proceso nuevamente y eso es contraproducente no solo para el sector sino para el país. Este es un proyecto, que requiere un mayor respaldo político. En ese sentido, sería importante escuchar a las nuevas autoridades regionales y locales, pronunciándose a favor de una inversión formal que traerá empleo y progreso para la región Arequipa.

¿Cuál cree que es el mayor desafío de Tía María?

Sin duda, el aspecto social y en este punto la comunicación es sumamente importante. A través de la nueva estrategia de relacionamiento comunitario se viene promoviendo un cambio de actitud en la población, lo cual se ha reflejado en una reciente encuesta la cual señala que la población a favor en la provincia de Islay aumentó entre el 2017 y 2018.

Ello es muy bueno. Creemos que, si el Gobierno también toma una actitud más proactiva y ejecuta el reservorio de Paltiture, en las partes altas del valle de Tambo, se podría avanzar mucho más y acabar con el mito que aleja a la minería de la agricultura.

¿La coyuntura internacional es favorable para la minería en general y la industria extractiva peruana en particular?

Sabemos que este año la coyuntura no será de las mejores debido a la incertidumbre que genera la guerra comercial entre Estados Unidos y China, así como el reciente desacuerdo en torno al Brexit, que generó algo de nerviosismo en la bolsa.  Sin embargo, creemos que Perú mantiene cierto optimismo en el mediano plazo debido a que cuenta con una cartera diversificada y predominante en cobre.

Más allá de esta coyuntura, se vislumbra un escenario interesante para los países productores de cobre como Perú, debido a una serie de factores. El primero es el desarrollo de China y los países emergentes, que vienen demandando más cobre en los últimos años. A ello se sumaría el crecimiento de la electromovilidad. Se estima que en el 2027 habrá unos 27 millones de automóviles eléctricos en el mundo, por lo que aumentará su demanda. También el mercado tiende hacia un claro contexto de déficit de cobre para el próximo quinquenio.

En octubre del 2018, dijo que el sector minero triplicó su consumo anual de energía entre el 2005 y 2018 al pasar de 5,737 Gigavatios-hora (GWh) a 16,090 GWh. ¿Qué exactamente quiso demostrar con esta aseveración?

El sector minero es actualmente el consumidor más grande de electricidad en el Perú, representa el 36.5% del consumo nacional. En más de una década triplicó su demanda de energía, que justamente fue cubierta por energías provenientes del gas natural. Ello quiere decir que, si bien es cierto, los costos de energía hacen del Perú el país minero más competitivo de la región, sin embargo, debemos proyectarnos a un escenario con nuevas operaciones en marcha. Una mayor demanda eléctrica en los próximos años podría cambiar el panorama actual si el sector minero energético nacional no toma las precauciones del caso. La idea es estar preparados.

Muchos nos hacemos esta pregunta, señor Rivera, pero nadie tiene la respuesta. Quizá usted sí: ¿la minería en el Perú está lista para la revolución eléctrica?

El sector minero no es la excepción en la discusión sobre el uso de este tipo de energía limpia. No solo por el mayor cuidado del medioambiente, sino también por su verdadero aporte. Se sabe que en minería uno de los grandes consumidores de energía es el acarreo, el transporte de mineral. Los camiones diésel disminuyen su eficiencia dramáticamente a más de 4,000 msnm, a diferencia de los motores eléctricos. Este sería un punto interesante para tomar en cuenta.

Su antecesor Víctor Góbitz dijo que el país cuenta con un potencial de producción para exportar que supera los 5 millones de toneladas finas, muy cerca de los 5,2 millones de toneladas que produce Chile.¿De verdad tenemos el potencial para superar a Chile en el mediano plazo en producción de cobre?

Efectivamente el Perú tiene un enorme potencial para poder alcanzar a nuestro vecino del sur, ya que cuenta con yacimientos de mayor ley y menores costos mineros. Se sabe que más del 70% de inversión de nuestra cartera de proyectos (US$ 60 mil millones) está distribuido en emprendimientos de cobre, entre estos: Quellaveco, Tía María.  Por poner un ejemplo, solo Cajamarca -con proyectos como la Granja, Galeno, Conga y Michiquillay- tiene la capacidad de producir tranquilamente más de un millón de toneladas de cobre anuales, lo cual es importante para un país como el nuestro que ya está en 2.5 millones de toneladas.  Sin embargo, sabemos también que existen diversos desafíos en el sector, entre ellos convencer a los peruanos y a las comunidades sobre el importante aporte de la minería nacional.

“La inversión en exploración se viene reduciendo. En el 2017 llegó a casi US$500 millones, pero este año no pasará de US$400 millones”. Esta es una cita textual de sus comentarios en diciembre del 2018. ¿Es que acaso las autoridades y hasta el mismo gremio minero no se preocupan lo suficiente por revertir la situación?

Según la firma S&P Global, las inversiones en exploración minera en los cinco continentes sumaron alrededor de USD 10 mil millones en el 2018 (19% más que en el 2017), monto que tuvo como principales receptores a Canadá (14%), Australia (13%), EE.UU. (8%), Perú (6%) y México (6%).

Y aunque estas cifras difieren en algún punto con las del MEM, ambas coinciden en que dichos presupuestos están enfocados principalmente en impulsar proyectos brownfield, es decir emprendimientos para ampliar las minas existentes, y en menor medida proyectos greenfield (nuevos depósitos), que es uno de los grandes retos en la industria minera global.

Si no realizamos nuevas exploraciones, el sector y el país corren el riesgo de no poder mantener una economía sana y de mejorar la calidad de vida de más peruanos. En ese sentido, considero que los mecanismos de diálogo como el grupo Rimay, que está en su recta final, van a permitir que algunas reglamentaciones sean mejoradas como el tema del silencio administrativo y entender que la exploración es la madre de la industria y necesita reglas más claras.

“Perú no cuenta con reservas expectantes de oro”, declaró usted. ¿Este es otro asunto que genera inquietud entre los profesionales vinculados a la minería en el país?

Perú no cuenta con reservas expectantes de oro, aparentemente tiene estadísticas interesantes, pero de los 24 millones de onzas de oro en proyectos netamente auríferos, 16 millones están en Conga (de Yanacocha), un proyecto que se encuentra paralizado, el cual esperamos salga adelante.

Podemos afirmar que el resto de reservas auríferas se encuentran distribuidas en yacimientos de cobre ubicados en distintas regiones de nuestro país, entre estos Antapaccay, Las Bambas o Constancia, lo cual demuestra que en los últimos años no se aumentaron las reservas auríferas de manera apropiada.  La minería aurífera en el Perú y sus reservas está ligada a la minería de cobre, no existe exploración aurífera propia ya que es muy lenta y tal vez se deba también a que no existen las reglas claras para los inversionistas. Países como Canadá o Chile siguen siendo más atractivos

Usted ha dicho que al IIMP no ha llegado información real de existencia de “lago de litio” en Puno. ¿Qué ha llegado entonces?

Efectivamente, son datos que maneja principalmente la empresa MacusaniYellowcake con los cuales hizo el correspondiente anuncio. Lo que sabemos es que, desde el año pasado, el Ingemmet con su equipo de especialistas ha retomado estudios en las salmueras de la zona sur del Perú para analizar una serie de muestras, que incluye también esta zona en mención. De comprobarse los estudios, las expectativas de litio aumentarían en nuestro país.

Un total de 27 accidentes mortales se han reportado en el sector minero en el 2018. ¿La cifra es un avance? En efecto, es menor a los 41 trabajadores mineros que murieron en el 2017, o a los 34 del 2016 e incluso a los 29 del 2015, los 32 del 2014, los 47 del 2013 o los 53 del 2012. Por supuesto, es mucho menor que los 73 fallecidos en minería en el 2002, nuestra cifra más alta desde que comenzamos el nuevo milenio. ¿Preocupa la cantidad de accidentes mortales en el interior del IIMP y en la misma industria?

Claro que sí, este es uno de los principales desafíos del sector minero este año, sobre todo en lo concerniente a minería subterránea, donde se presenta la mayor cantidad de accidentes.  Podemos decir que en los últimos 20 años hubo una evolución positiva de la importancia de la seguridad de parte de las empresas mineras en el país. Los contratistas mineros han sido clave para este desarrollo, ya que han ido mejorando sus gestiones a la par de la industria minera.

Autor: Jean Pierre Fernandez (jpfernandez@prensagrupo.com)