El precio del cobre cae sin frenos en la Bolsa de Metales de Londres. El impacto del enfrentamiento arancelario entre China y EEUU, y los temores sobre la desaceleración de la producción global, han debilitado el commodity.
A fines de abril, la tonelada de cobre cotizaba en los US$6,441. Desde ese entonces ha comenzado un descenso en caída libre hasta situarse en los US$5,775 hasta ayer, y las perspectivas siguen siendo a la baja mientras el diferendo entre las dos potencias económicas siga sin ser resuelto.
Los analistas políticos coinciden en que ninguno dará su brazo a torcer porque ninguno quiere parecer débil, y menos en épocas cercanas a las elecciones, como es el caso de los EEUU. El presidente Donald Trump ha oficializado su postulación para un segundo mandato al frente de la Casa Blanca.
Además, un influyente diario del Partido Comunista de China publicó el domingo un artículo en el que dijo que Estados Unidos ha subestimado la voluntad de China de librar una guerra comercial y que Pekín está preparado para una larga batalla económica.
Según informó Reuters, datos recientes de China muestran un enfriamiento en la actividad industrial, que está altamente relacionada con la demanda del país por metales industriales. China representa casi la mitad de la demanda mundial de cobre estimada en alrededor de 24 millones de toneladas este año.
El Perú es un exportador de minerales. Más de la mitad de sus envíos al exterior provienen de la actividad extractiva, siendo el cobre su principal producto y China, su primer comprador. Con el precio deprimido del cobre, los ingresos de las mineras descienden, y por tanto el pago de canon y regalías.
Autor: Jean Pierre Fernandez (jpfernandez@prensagrupo.com)