¿POR QUÉ NOS CUESTA TANTO LA LICENCIA SOCIAL?

¿POR QUÉ NOS CUESTA TANTO LA LICENCIA SOCIAL?

Por Oswaldo Tovar

Está claro que, dentro de todas las variables de competitividad del sector minero, la variable social es doblemente importante, tanto porque constituye una variable booleana (va o no va) de un proyecto minero, como por la “ciencia” que está detrás del éxito en obtenerla.

Lo mismo ocurre en lo económico, en transacciones sociales, en economía ambiental se describen dos términos clave en una transacción llamados “disposición a recibir” y “disposición a pagar”. El primero es la valoración que el poblador local está dispuesto a recibir por su terreno o por permitir que se desarrolle una nueva actividad económica disruptiva en su entorno. El segundo hace alusión a lo que el inversionista está dispuesto a pagar a los pobladores locales tanto por la compra de sus terrenos como por instalarse y desarrollar un nuevo proyecto (papelera, mina, petróleo, soya, etc.) en una zona que vivía muchos años de otra actividad.

Para explicar y entender poco a poco el asunto veamos la “licencia social” como una especie de “matrimonio consensuado”, donde ambas partes han logrado un “acuerdo de largo plazo a un precio determinado”.

La razón por la cual eventualmente no se generan las transacciones es porque existe una gran brecha entre ambas expectativas. Por un lado, el poblador tiene una valoración demasiado alta tanto por su terreno o por desprenderse de la calidad ambiental de su entorno; y por otro lado el inversionista valora la compra a un precio mucho menor, y por ello no existe posibilidad de acuerdos.

El entender el porqué de la gran brecha entre estos dos conceptos formales de economía ambiental (WTA vs WTP), y qué variables intervienen en ambas expectativas, podría ser la clave para promover escenarios donde se pueda lograr mayor probabilidad de Licencia Social exitosa, lo cual, como veremos en la explicación formal, no depende sólo de “promover el diálogo”, o “firmar acuerdos”, o “promover fondos de adelanto social”, sino de lidiar con algunas variables subyacentes a la transacción exitosa.

Para empezar, debemos recordar el primer teorema fundamental de la Economía del Bienestar, el que destaca que un mercado perfectamente competitivo nos llevará siempre a una asignación de recursos eficiente, donde se señala que el mercado competitivo es una herramienta fundamental para alcanzar una asignación eficiente, sin despilfarrar recursos.

Para que este mercado funcione de manera eficiente, se requieren de las siguientes condiciones:

  1. Los precios de bienes o servicios (terrenos, fuentes de agua, calidad ambiental, etc.) reflejan su relativa demanda y escasez a una sociedad difusa y no centralizada (compite).
  2. Existe un mercado de compradores y vendedores para todos los bienes con derechos de propiedad claramente establecidos en leyes, de modo que compradores y vendedores pueden libremente proponer condiciones de intercambio.
  3. Entiéndase que el no tener seguridad jurídica sobre los terrenos, o si no existe propiedad sino posesión u ocupación ilícita, los costos de transacción se elevarán o entrarán a un área de incertidumbre/indefinición.
  4. Compradores (consumidores) y vendedores (productores) se comportan de manera libre y competitiva intentando maximizar sus beneficios en ambos lados. Entiéndase que si el comprador ofrece poco o el vendedor pide mucho, eventualmente el beneficio se vuelve nulo por no generarse ninguna transacción, es decir, el vendedor se queda con su producción/activo y el comprador se queda sin disfrutar de la compra.
  5. Compradores (consumidores) y vendedores (productores) conocen mutuamente los precios de referencia, tanto de sus propios bienes/servicios como de sus sustitutos.
  6. El costo de hacer la transacción tiende a cero, es decir, el costo de pasar de una mano a otra sólo depende del precio, y no de tiempos adicionales o inciertos incorporados por las regulaciones o por costos inciertos en el saneamiento/inscripción/transferencia de terrenos.

¿Por qué los derechos de propiedad son parte de un mercado exitoso?

Los derechos de propiedad representan la legalidad de la posesión del activo. Es crucial para que el valor de mercado corresponda al valor de la transacción y no se castigue el precio. También permiten su rápida transferencia para uso de bajo-valor hacia alto-valor. Es por ello que dichos derechos de propiedad deben ser:

  1. Claramente asignados y aplicados
  2. Exclusivos sin permitir superposiciones
  3. Transferibles en la eventualidad de generarse una expectativa de transacción (ojo, no es suficiente tener un catastro, sino que esté dirigido a generar transacciones)
  4. Seguros, de modo que no puedan ser capturados por terceros.

¿Cuándo fallan los mercados?

  1. Cuando se vuelve necesaria una planificación centralizada para determinar precios o cantidades producidas.
  2. Cuando los mercados no pueden generar información colectiva ni colocar sus bienes/servicios en el mejor comprador posible.
  3. Cuando los precios pagados por calidad ambiental o no existen o no reflejan la expectativa y restricciones de la sociedad.

¿Qué es exactamente la disposición a pagar (WTP) y la disposición a recibir (WTA)?

Si dibujamos en el eje X la calidad ambiental de un entorno (zona de nuevo proyecto minero), podremos identificar el Punto A como punto de partida, con calidad Qa y un precio equivalente Xa, y el mejorar en calidad ambiental hacia el punto B tenemos que Qb representa una expectativa de mejoría ambiental por el que se debe pagar (WTP) para mantener esta nueva posición.

Esta curva representa lo que estamos dispuestos a pagar o desprendernos para tener una mejora en calidad ambiental, manteniendo la misma curva de utilidad, con lo que nuestra nueva ubicación sería el punto C.

En la vida cotidiana, el WTP es el equivalente al costo de una casa/departamento frente a un parque en comparación a vivir en el mismo barrio, pero a la vuelta de un parque (aprox. 30% de diferencia en precio).

Eventualmente la persona está dispuesta a pagar por esta calidad ambiental y esta mejoría implica el desprenderse/pagar una cierta cantidad de dinero, llamada WTP, o visto en el gráfico, Xa-Xc

En el caso de un proyecto minero, esta es la ruta de acción para la valoración por un inversionista para comprar o pagar por la calidad ambiental que estaría afectando en el entorno del desarrollo del proyecto minero.

Sin embargo, la ruta contraria (pérdida de calidad ambiental del poblador local) tiene una valoración y lógica distinta. En este caso, nuevamente partimos del Punto A pero nos movemos al punto B, sin desprendernos de ningún dinero (pues no somos los compradores de la calidad ambiental sino los vendedores), por lo que nuestro “nuevo” punto de partida es el Punto B y se nos pide regresar a la calidad ambiental Qa por lo que se necesita evaluar cuánto estamos dispuestos a recibir por la “reducción” de calidad ambiental de B a A.

En ese sentido debemos evaluar cuánto podríamos aceptar por desprendernos de calidad ambiental del punto B a cambio de recibir una compensación por “bajar” a la calidad ambiental A nuevamente.

A esta segunda valoración se le llama “Disponibilidad a Recibir” y corresponde al “precio” por el que me puedo desprender de una calidad ambiental prefijada.

Es debido a que el WTA (disponibilidad a recibir) por lo general es mayor o mucho mayor al WTP (disponibilidad a pagar) que no se llega a generar un acuerdo o transacción, y esto se explica a su vez en lo siguiente:

  1. Existen pocos sustitutos a la calidad ambiental, lo que se evidencia en que las curvas de utilidad no son paralelas. Y es por ello que los decrementos (punto B al punto A) terminan costando más que los incrementos de calidad ambiental.
  2. Aversión al riesgo (o efecto herencia), la cual explica que la percepción de la valoración de la “pérdida” de calidad ambiental de B->A es aparentemente mayor a la “ganancia” de calidad ambiental de A->B.
  3. Experiencia en transacciones de compra/venta de terrenos, la cual es más dinámica en zonas urbanas en comparación con zonas rurales.

Estrategia para reducir la brecha entre disponibilidad a recibir (WTA) y la disponibilidad a pagar (WTA)

La presente es una propuesta que puede llevar a entender mejor los mecanismos que generan la transacción y con ello la Licencia Social, y corresponde a:

  1. Generar sustitutos: tanto en nuevas áreas o terrenos con potencial de producción económica (llámese áreas con riego tecnificado vs pastos naturales con riego natural), nuevas fuentes de agua (ya no manantiales temporales sino fuentes no estacionales). La creación de estos sustitutos económicos en una etapa temprana del proyecto será la puerta de entrada para generar parte de la confianza necesaria para reducir la expectativa de la Disponibilidad a Recibir.
  2. Creación de mercados: una vez que la población ha empezado a percibir que existe una forma de desarrollar el área por medio de la transformación de los recursos naturales en infraestructura, deben desarrollar experiencia y confianza en las transacciones, y eso pasa por establecer y aprender a valorizar los terrenos, no sólo como unidades individuales sino en cuanto a la estrategia general de compra por lo que se debe desarrollar estrategia de transacciones, dirigida siempre a la viabilidad de las zonas requeridas para la operación.
  3. Efecto herencia: la etapa final de la estrategia radica en proponer un mecanismo para extraer o diferenciar del precio potencial de venta la percepción de un valor cultural, emocional o familiar. Este se puede haber incorporado debido a que el terreno en transacción, al haber pertenecido a la familia por muchos años, puede contener familiares enterrados en dicho predio, y por ende el venderlo tiene arraigado un punto de valorización no económico sino emocional. Este componente emocional o cultural puede ser uno de los más difíciles de mitigar, y requiere su incorporación empezando por comprender que el precio final de transacción no sólo está explicado en variables tangibles, sino también -y a veces sobre todo- emocionales.

Si en realidad somos un país minero, hagamos que la  Minería sea Para Todos.

*Esta columna aparece en la edición 64 de la revista Energiminas.

Autor: Jean Pierre Fernandez (jpfernandez@prensagrupo.com)