Carlos Paredes, presidente del directorio de la estatal Petroperú, escribió un encendido artículo de opinión publicado en un medio local con respecto a los constantes sabotajes al Oloeducto Norperuano, la principal arteria de la industria petrolera en la selva peruana.
Hace dos semanas, escribió para el diario Gestión, “se registró un nuevo derrame en Ramal Norte del Oleoducto. Toda la información con que se cuenta hasta el momento permite concluir que se trata de un nuevo acto de sabotaje contra dicha infraestructura, el cual tiene consecuencias nefastas para el ecosistema amazónico, las comunidades nativas de la zona, y la industria petrolera del país”.
Para el funcionario, estos actos repetitivos son “vandálicos” y carecen de sentido. “¿Por qué estas comunidades, cuyo bienestar está íntimamente ligado a la salud del ecosistema en que viven, sabotearían el oleoducto y buscarían que el derrame se propague y llegue al río Marañón?, se pregunta Paredes para llegar a esta conclusión: “El nativo de a pie, no puede querer esto”.
Compartimos la columna de nuestro Presidente del Directorio, Carlos Paredes Lanatta, en @Gestionpe 👇🏽 https://t.co/xuKskx9LTm
— Petroperú S.A. (@petroperu_sa) 4 de julio de 2019
Relató que el personal de Petroperú “identificó el derrame de manera temprana, y trató de aplicar el plan de contingencia correspondiente” pero “un grupo de pobladores no permitió que los trabajadores de la empresa realizasen el trabajo de mitigación requerido” hasta transcurridas muchas horas, cuando el daño al entorno fue mayor. “Los trabajos finales y las labores de limpieza y remediación de la zona siguen sin poder realizarse”, refirió Paredes en su carta abierta a la opinión pública.
El máximo ejecutivo de la petrolera estatal comparó los recurrentes ataques al oleoducto –“un activo crítico naciona”- con el resguardo del gasoducto que transporta el recurso desde Camisea, que cuida las FF.AA. “Si el gasoducto no contase con la protección requerida, cerca del 50% de la generación eléctrica del país estaría en peligro. Al no contar con la protección que requiere el oleoducto, la viabilidad de la industria petrolera está en peligro”, sostuvo.
Con todo, no basta solo con brindar seguridad a la infraestructura. Reconoce Paredes que el problema es más profundo y amplio, y por tanto la solución tiene numerosas aristas que deben ser atendidas en simultáneo con una “estrategia integral”.
“También es cierto que hoy, después de más de 40 años de explotación de hidrocarburos en la Amazonía, muchas de las comunidades de las zonas donde operan las empresas petroleras no perciben que su bienestar se haya incrementado, sino más bien que se ha deteriorado”, admitió, para añadir líneas después: “Hay mucho por trabajar, estamos pagando las consecuencias de décadas de olvido, pero también es cierto que estamos enfrentando a algunos líderes –no todos– que pueden estar motivados por incentivos perversos generados por las soluciones cortoplacistas que se dieron en el pasado a actos de sabotaje similares al aquí analizado”.
Autor: Jean Pierre Fernandez (jpfernandez@prensagrupo.com)