Olade: «Hay un escenario muy propicio para la integración gasífera en Latinoamérica»

El potencial de energías renovables no convencionales es amplísimo pero la mejor alternativa de desarrollo en conjunto tiene al gas natural como protagonismo, creen desde la Olade

Alfonso Blanco Bonilla ocupa el cargo de secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade) desde inicios de 2017, cargo electo por la Reunión de Ministros de Energía de América Latina y el Caribe. Blanco Bonilla, que nos recibió en el Ministerio de Energía y Minas peruano, en su breve paso por el país, es Ingeniero Industrial Mecánico de la Universidad de la República de Uruguay, y posee una amplia trayectoria como especialista en energía en Latinoamérica con énfasis en temas regulatorios, política energética, formulación y evaluación de proyectos, desarrollo de negocios y modelos de financiamiento. Previamente a su actual cargo en Olade, fue consultor para el Banco Mundial, BID, CAF y Naciones Unidas. Su país, Uruguay, está a la cabeza a nivel global en la generación de electricidad a partir de fuentes renovables con una mezcla de generación que incorpora hidroelecticidad, energía eólica de gran porte, energía solar y generación a partir de biomasa, pero este derrotero verde no le calza a todos los países de la región. Blanco Bonilla no quiere evangelizar sobre lo verde que puede ser Latinoamérica y El Caribe. Desde su punto de vista, la región tiene un mayor potencial gasífero, recurso al que denomina el “de la transición”. En esta entrevista, habla el secretario ejecutivo de la Olade, del que Perú forma parte desde junio de 1974.

¿Todos los países de Latinoamérica buscan parecerse al suyo, Uruguay, en materia energética?

No creo que el tema sea parecerse, el asunto radica en cuál es el modelo de desarrollo óptimo para cada  país. No es lo mismo la situación en el mío, que tiene muchas renovables, que en otros que cuenten con recursos fósiles. 

¿Es Latinoamérica, como lo dijo el diario El País, la “nueva meca renovable a escala mundial”? ¿Es América Latina el nuevo Dorado de las energías renovables? 

La cantidad de recursos renovables en la región es amplísima, tiene un potencial eólico inmenso y los mejores sitios para aprovechar la energía solar, y Perú es uno de esos países. Y además la disponibilidad del recurso geotérmico es amplísima. Y todos estos son recursos subutilizados en la región. Entonces sí hay un espacio para las energías renovables importante y por eso refuerzo el tema de que cada país debe construir su modelo de desarrollo. Este estará muy condicionado en cuanto a la dotación de recursos, que no solo engloba los recursos naturales sino también la capacidad del país en cuanto a solidez institucional,  acceso a financiamiento y otros. Hay una gran cantidad de condicionantes y barreras que determinan finalmente el modelo de desarrollo a ser implementado en cada país. Nosotros en Uruguay construimos un modelo que nos ha dado buenos resultados. pero ese es el modelo aplicable a Uruguay y solo a Uruguay.

¿Latinoamérica tiene una matriz energética más verde que el resto? 

Por supuesto que lo creo, lo suscribo y además lo respaldan las estadísticas oficiales de la región.

lfonso Blanco Bonilla ocupa el cargo de secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade).

¿Entonces podría colegirse que Latinoamérica contamina menos que el resto del mundo?

Lo que sucede es que la contaminación no solo está asociada a la emisión de gases de efecto invernadero. Puede estar vinculada también al particulado y a los cursos de agua, y en eso Latinoamérica tiene trabajo por resolver. Pero en lo que respecta al sector energía, y principalmente lo que implica la composición de la matriz energética Latinoamérica y El Caribe, los países de esta parte del mundo tenemos un 25% de participación en energías renovables en nuestras matrices, y el promedio del mundo es el 10%. Entonces sí, como región, Latinoamérica y El Caribe son el territorio con más fuentes de energía renovables.

Usted es especialista en regulación energética. ¿Cómo se ve a Perú, en ese campo, desde la Olade?

Quisiera plantear algo. Hay muchos países de la región que han logrado incorporar de forma muy efectiva la participación del sector privado en energía. Perú es uno de los que ha transitado por ese camino y cierto éxito. Es parte de un modelo de desarrollo en el cual el sector privado se constituye en un motor importante de la economía. Sin embargo hay otros modelos de desarrollo en la región que están basados en la inversión esencialmente pública, con mercados menos abiertos a la participación privada. Cuando hablamos de la incorporación de energías renovables, de alguna forma tenemos que pensar en un aporte del sector privado porque la exigencia a partir de la inversión pública es muy fuerte para economías con restricciones a nivel presupuestario. Las transiciones energéticas necesitan de la participación del sector privado, pero ello no quiere decir que se excluya la inversión pública. 

“La región está transitando un camino muy interesante”, dijo usted a un medio español. ¿Se refería a la inyección de capital privado?

En parte sí, pero creo que lo principal del camino por el que ha optado la región en cuanto a la incorporación de energías renovables son los mecanismos de mercado. Mientras el modelo de desarrollo de las renovables en Europa estuvo fuertemente ligado a las tarifas fijadas con un sobreprecio para fomentar la inversión en renovables, en nuestra región las renovables están entrando por mecanismos de mercado. Las energías renovables no convencionales (solar y eólica) son competitivas y en mercados que tienen el ecosistema necesario para ellas ingresan de forma paulatina. Pero el ritmo al que la región las incorpora en sus matrices energéticas es inferior a la tasa en la cual está creciendo la demanda de energía. ¿Qué quiero decir con esto? Que somos la región más verde pero estamos perdiendo “renovabilidad” porque no estamos atrayendo energías renovables en las matrices de generación eléctrica al ritmo que crece  nuestra demanda. Este análisis lo hemos hecho considerando los últimos cinco años.

¿Las renovables ya pueden competir de tú a tú con las tradicionales en cuanto a costos y producción?

En materia de costos, esa afirmación es evidente. Las energías renovables, en aquellos mercados que tienen el ecosistema necesario para albergar la estructuración financiera, entran con niveles de precios competitivos. En materia de producción, las energías renovables tienen una característica intrínseca: no son gestionables, necesitan de un respaldo del sistema para gerenciar la variabilidad por la disponibilidad de viento y la luminosidad del sol. A nivel de producción hay países de la región que han logrado resolver el problema como en Uruguay. Ahora bien, existen formas, en altos niveles en la matriz energética, de introducir energías renovables no convencionales a la matriz.

Acaba de mencionar la palabra respaldo. ¿Qué piensa la Olade de los subsidios en cuanto a energía?

¡Uf, qué tema!, el problema esencial de los subsidios es que puede generar problemas importantes en lo que es la eficiencia de los recursos y por otro lado también producir incentivos adversos a temas tales como la eficiencia energética.

¿Distorsión del mercado, eso quiere decir?

Exacto, de alguna forma se distorsiona el mercado. Sin embargo el subsidio tiene en ciertos casos beneficios claros para lo que es la inserción de un modelo de desarrollo para cada país,. Hay ciertos sectores productivos en los países que, para que sean competitivos, de alguna forma requieren un tipo de asistencia o accionar de parte de las políticas públicas. No es algo negativo sino que tienen que estar orientados a la maximización del beneficio social, y ese es el asunto importante. Se establecen los esquemas de subsidios pero orientados al modelo de desarrollo de cada país.

La percepción en la región, según un estudio de la Olade, es que la corrupción, es el principal factor que obstaculiza un desarrollo energético con mayor sostenibilidad en América Latina y el Caribe.

Se trata de un barómetro elaborado el año pasado que refleja el sentir en parte de los tomadores de decisiones de diversos países de la región. Hay una realidad de la que no podemos sustraernos, en lo que es el marco de negocios, la estabilidad jurídica y el cumplimiento de contratos, de institucionales, la corrupción ahuyenta en general las posibilidades de inversión en la región, o si no lo ahuyentan, generan una selección adversa porque se atrae a empresas con perfiles de especulador que de alguna forma internalizan los costos asociados a la corrupción. Entonces claramente los asuntos de corrupción para los países de Latinoamérica es uno de los puntos más críticos. Debemos dar señales de credibilidad en materia de cumplimiento de las normas o la sociedad terminará pagando un sobreprecio en su conjunto por la corrupción.

«El problema esencial de los subsidios es que puede generar problemas importantes en lo que es la eficiencia de los recursos», afirma Blanco.

La percepción en América Latina y el Caribe en torno a la variación de las reservas de petróleo y gas natural convencional es que estas disminuirán. ¿Tiene algo que ver la electromovilidad?

En eso tengo una interpretación clara. Entiendo que el rol que van a tener los combustibles líquidos en la matriz energética de la región irá cediendo espacio a otras fuentes de energía, sin embargo el papel del gas natural será protagónico. Es el recurso de la transición energética. La forma en la cual podemos acelerar el proceso de descarbonización de nuestras economías es a través de un combustible de menor impacto en materia de gases de efecto invernadero. Y este es el gas natural, y este abunda en Latinoamérica, y podría al final generar grandes oportunidades de integración energética en el continente. Para darte un número. La región tiene 97GW operando a carbón mineral y a combustibles líquidos, y esta producción, si la sustituyéramos con gas natural, el equivalente en emisiones sería el mismo de sacar 20 millones de autos de circulación. Si eso lo hiciéramos con renovables, el equivalente en emisiones sería de 28 millones. Pero en materia de necesidades de inversión, mientras que el gas natural necesitaria US$100,000 millones de capital, en renovables necesitaríamos casi US$350,000 millones. De allí que crea que el gas natural es el combustible de las transiciones energéticas y el que permite acelerar el proceso de descarbonización.

Ahora bien, en cuanto a la electromovilidad debemos tener presente que su efecto aún es muy pequeño y atomizado. Aún no podemos transformar el transporte público en su totalidad a electrico. La electromovilidad está teniendo una evolución que es positiva, que se da a una tasa de crecimiento importante pero ¿cuál es el efecto real que termina teniendo en la matriz energética? No es el sustancial pues este se da en transporte carga  y público, y no a escala individual. En Olade trabajamos en la sustitución de combustibles líquidos en cierto tipo de uso a nivel de transporte,. Por ejemplo, impulsamos el uso del gas en transporte de carga pesada y fluvial. Existe un gran potencial allí, con un segmento de consumo relevante, y del que no se habla mucho.

¿Es la consulta previa un obstáculo para las inversiones o una necesidad justa? ¿Qué piensa el Olade?

No creo que la consulta previa se constituya en un obstáculo, creo que la consulta previa y la toma de decisiones informadas genera un espacio adecuado para el intercambio de ideas. El mecanismo evita enfrentamientos futuros y conflictos para aseguramos la viabilidad de los proyectos. Lo peor que puede pasar es que empezamos un proyecto y a medio camino la obra quede detenida y los costos del proyecto se terminan disparando. El camino recomendable es siempre poner todas las herramientas y la información sobre la mesa.

También dicen esto: “El Estado deberá respetar y garantizar el pleno cumplimiento de los acuerdos resultado de la consulta previa, por parte tanto de las empresas como de las comunidades indígenas”. ¿Quiere decir que si una comunidad dice que no quiere tal inversión, entonces debemos aceptar eso, sea vinculante el acuerdo o no? 

A lo que nos referimos es que todo debe ser producto de una negociación entre las partes. Lo que se establece como acuerdo y compensaciones entre las partes tiene que ser respetado.

Hay quienes afirman, desde el sector empresarial, que las comunidades han sido empoderadas. Mejor dicho: que su empoderamiento es desmedido. ¿Creen en Olade lo mismo?

Veamos. Sé que hay casos en la región en los cuales se han constituido barreras para proyectos de infraestructura relevantes para el desarrollo de los países. Creo también que una estrategia de comunicación debe abordar bien, por parte de los decisores políticos y empresariales, las preocupaciones de las comunidades. Posiblemente muchos actores estén menos informados sobre el proyecto, y es natural que de alguna forma presenten temores, pero eso se resuelve con información precisa por parte del otro interlocutor y no se debe entender como un interés para vulnerar sus derechos. A lo que apunta todo esto es a tratar de establecer los canales para la información fidedigna sobre los costos y beneficios asociados a cualquier tipo de proyecto de infraestructura, sus impactos en esas comunidades y cómo serán estos mitigados. Ahora bien, esto no quiere decir que no existan manejos inescrupulosos pero es también el rol del agente social el corregirlos.

¿Sueña usted con la integración energética en Latinoamérica?

El cometido de la organización es la integración energética regional. Creo que se ha logrado mucho en este extremo. Tenemos países con vínculos bilaterales que datan de los 80 y con proyectos que de alguna forma han integrado muy eficientemente diversas naciones. Siempre enlaces bilaterales, aunque tenemos el caso de Paraguay con Brasil y Argentina, a pesar de que hay nuevos proyectos sobre la mesa. Ahora bien, existe la posibilidad de escalarlo y potenciar la integración. Con lo que sueño son con mercados energéticos dinámicos en los que si yo produzco energía en Perú pueda vender los excedentes en Panamá. Son procesos que deben madurar y que requieren de una institucionalidad potente que respalde los distintos acuerdos en materia de integración entre países. Desde Olade trabajamos para generar las distintas plataformas para ese fin. Con el BID estamos trabajando para la integración de los países andinos y también tenemos planes para unir las naciones de Sudamérica.La idea es generar mercados integrados más dinámicos. Pero ojo que no todo se restringe a electricidad; tenemos además un gran potencial gasífero. Por ejemplo, Argentina con Vaca Muerta, Brasil con sus excedentes y Bolivia que necesita monetizar sus reservas encapsuladas, además de los centros de demanda importantes en la región. Hay pues un escenario muy propicio para la integración gasífera en Latinoamérica. Y Perú es también un actor fundamental. Con todo, cuando hablo de integración, también contemplo el intercambio de conocimiento y experiencias. El asunto es más amplio y va más allá de los vínculos físicos.

No obstante, la energía no es un McDonald. Es un activo esencial, vital para los países.

Es verdad. Antes, mientras se apostaba a la autarquía energética, esa autarquía competía con el concepto de integración. Ha habido experiencias negativas en materia de integración como países cuyo desarrollo se basó en la dependencia externa y se vieron al final perjudicados en el proceso. Pero hoy, con el advenimiento de las energías renovables y las estacionalidades en los mercados de gas, hablamos complementariedad de la integración para hacer más eficientes los sistemas energéticos.

Autor: Jean Pierre Fernandez (jpfernandez@prensagrupo.com)