
En la apertura del año 2022, el empleo directo del subsector minero peruano —según el boletín estadístico del Ministerio de Energía y Minas (Minem)— sumó un total de 233,910 trabajadores, representado un 14.7% de crecimiento respecto al personal reportado en idéntico mes del año previo (203 852 trabajadores). Es preciso mencionar que la cifra de empleo registrada en enero de 2022 superó en 2.9% al promedio anual del 2021 (227,407 trabajadores). En síntesis, el empleo minero reflejó niveles superiores a los alcanzados en los primeros meses del año pasado. Pero el Minem no menciona datos desagregados sobre la diversidad.
Lo que sabemos en la industria es que de cada cien empleos en minería formal en el Perú, 6 son ocupados por mujeres. La cifra es alarmante si se la compara con países como Australia y Canadá o Chile, países en los que alrededor del 20% de la fuerza laboral minera es femenina.

Las comparaciones son odiosas, pero, en muchas ocasiones, necesarias y hasta inevitables. Mientras que en Chile, el empleo de mujeres en minería ha pasado de un 11,4% el año 2018 a un 26,8% el año 2021, en nuestro país sigue siendo la misma que hace una década. La presencia femenina en el sector minero en el Perú es de 6%, cifra que no ha variado desde hace diez años, advirtió Graciela Arrieta, presidenta de Women in Mining.
Por supuesto, no se pueden hacer cuadros si no hay pinturas. Graciela Arrieta, en una charla magistral para Cantera de Talentos para la Minería, programa de actualización profesional del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, afirmó que uno de los problemas es que las mujeres en el Perú estudian menos carreras ligadas al sector. «En Latinoamérica, y particularmente en el Perú, solo el 30% de mujeres elige carreras superiores vinculadas a la ciencia y tecnología, en comparación con el 70% de los varones. Este no es problema de la minería, lo es de todo un país», aclaró.

Pero el problema no ha sido tampoco guardado bajo la alfombra por la industria minera peruana. Es más, primero lo admiten y, segundo, han comenzado a plantear mecanismos y programas para aumentar la presencia de mujeres en sus operaciones y, lo que es más importante, en puestos clave. Puesto que lo primero que se debe priorizar, como en todo, es que el postulante cumpla con los requisitos para desempeñar el cargo, la búsqueda toma tiempo. «Lo que prima actualmente para ser tomado en cuenta en una empresa son los conocimientos técnicos y las habilidades blandas, mas no el sexo», advirtió Graciela Arrieta. Pero sí, 6% es una cifra muy baja, ¿no cree?
Autor: Energiminas (info@prensagrupo.com)