
La minera del grupo Breca, Minsur, una de las principales productoras de estaño del mundo y accionista mayoritario de Marcobre, que emprende el plan minero Mina Justa, en Ica, es también una empresa que cura las heridas ambientales dejadas por empresas de otras eras.
Relata un caso de éxito, de los muchos que existen en el rubro y que frecuentemente son poco difundidos. Minsur adquirió en el año 2006 la mina Regina, un importante depósito de tungsteno ubicado en el distrito de Quilcapunco, en la región Puno.
Este era operado por la empresa Regina SAC y fue adquirido a través de su subsidiaria Sillustani SAC. En ese entonces, Regina era considerada uno de los pasivos ambientales más nocivos del planeta.
Sillustani, si bien no ha operado Regina, se comprometió con la población y el Estado a recuperar las condiciones del área. “Hoy, gracias a un intenso plan de remediación y a la inversión de importantes recursos, hemos logrado revertir esta situación y recuperar las condiciones ambientales de la zona”, asegura Minsur.
Los componentes del cierre minero incluyen el depósito de relaves, bocaminas, chimeneas, desmontes, campamentos e instalaciones auxiliares, entre otros. Asimismo, han remediado la laguna Choquene y limpiado y revegetado diversas áreas. “El plan comprendió, además, la construcción de una planta de tratamiento de aguas”, revela la empresa. “En la actualidad Regina es considerada un caso emblemático de cierre minero y un ejemplo de que la minería puede y debe ser ambiental y socialmente sostenible”.
La minería moderna es también una fuente de innovación en tecnología y sostenibilidad que abre oportunidades en diversas dimensiones sociales y ambientales. Proyectos como el B2 (re-aprovechamiento de relaves) o el Ore Sorting (rayos X para la clasificación de minerales) de Minsur son ejemplos tangibles.
Autor: Jean Pierre Fernandez (jpfernandez@prensagrupo.com)