
La correlación entre el comportamiento del precio de los metales en el mercado internacional y la inversión minera en exploración es casi perfecta. Ello se reflejó en la recuperación de los gastos en exploración de las empresas mineras en estos últimos años en el mundo. Así lo señaló el primer vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), Miguel Cardozo, durante su participación en el décimo segundo Congreso Nacional de Minería (XII Conamin), organizado por el Capítulo de Ingeniería de Minas del Consejo Departamental de Lima del Colegio de Ingenieros del Perú (CIP).
Cardozo sostuvo que no avanzamos lo suficiente en inversión en exploración minera porque hay aún muchos temas urgentes por resolver.
“En el 2017 el monto invertido en exploración minera en el Perú creció 19%, mientras la cifra global aumentó en 14%”, refirió el especialista, quien también apuntó que a nivel mundial se espera que los gastos en exploración crezcan 65% hacia el 2027. Sin embargo, mencionó que el descubrimiento de metales no será suficiente para cubrir la producción proyectada en los siguientes años, sobre todo en los casos del oro y el zinc, los cuales tendrán un déficit, según diversos estudios.
En otro pasaje de su discurso, Cardozo puntualizó que las exploraciones mineras en 2017 se incrementaron en 20% respecto al año anterior. Canadá, Australia y Estados Unidos lideraron nuevamente estas inversiones que ascendieron a US$ 7,950 millones, es decir, un poco más de la tercera parte lograda en el 2012, donde se llegó a los US$ 21,500 millones.
También expresó que uno de los retos de la industria minera son las inversiones greenfields, que representan solo la cuarta parte del total a diferencia de años pasados en que llegaban a casi la mitad del total. “Los inversionistas tienen menos interés en exploraciones tempranas, ya que son inversiones de alto riesgo y existen otras alternativas como el cannabis y las bitcoins en el mundo”, refirió.
Cardozo sostuvo que no avanzamos lo suficiente en inversión en exploración minera porque hay aún muchos temas urgentes por resolver, tales como demoras en el trámite de petitorios, una legislación ambiental excesiva y burocrática que asume erróneamente que la actividad de exploración puede causar un daño ambiental severo, el tema de cabeceras de cuenca que genera incertidumbre no solo a la minería sino a otros sectores vitales como infraestructura, energía y riego, las dificultades para obtener la licencia social de las comunidades, las cuales siguen regidas por normas que no se ajustan a su estructura y necesidades actuales y la falta de una estrategia minera consensuada de largo plazo.
Autor: Jean Pierre Fernandez (jpfernandez@prensagrupo.com)