La juventud es la protagonista de la convención minera Perumin 34

“A este Perumin le falta algo”, alcanzamos a escuchar en un diálogo casual una persona en uno de los pasadizos amplios del centro de convenciones del Cerro Juli de Arequipa, donde se lleva a cabo el encuentro. Lo dice bajo un sol abrasador a un, nos imaginamos, amigo que hace de interlocutor. Ambos se protegen de los rayos solares, se ponen a la sombra, se miran y echan a reír. No llegamos a seguir el resto de la conversación, pero se puede adivinar a qué se refieren. Falta lo que siempre hubo: anfitrionas de apretadas licras, de cortas faldas, de sexys posturas repartiendo harta papelería comercial y merchandising.

Y no es que no haya anfitrionas en Perumin, sí las hay, pero es como si estuvieran de incógnita. Han tenido que prepararse, salir como si fueran a la oficina, a un día casual o una reunión de negocios. Por ahí vimos a dos que rompieron la regla y que promocionaban una marca de lubricantes, se les veía despistadas, lindas ellas, pero como si estuvieran en el lugar incorrecto, acompañándose a todos lados para no sentirse mal.

Carlos Gálvez, presidente de Perumin, dijo ayer que lo que se ha buscado hacer de Perumin es dejar que el Perumin sea un sitio donde un grupo de personas buscaba trabajo, para ser un centro de experiencias y de educación e información. Se refería claramente a las anfitrionas cuya presencia más misia en cada stand se llegaba a cotizar a US$ 300 por día. En un Perumin anterior, nos enteramos de la llegada de una super modelo, ex enamorada de un futbolista que llegó a cotizar la friolera de US$ 1,200 por día.

El Perumin de hoy es una feria en la que las anfitrionas han sido reemplazadas por estudiantes de institutos tecnológicos y universidades, a los cuales se les llama voluntarios. Son serviciales, incesantes en todos lados, atentos a cualquier respuesta, y solucionan inquietudes.

El Perumin de hoy es una feria en la que las anfitrionas han sido reemplazadas por estudiantes de institutos tecnológicos y universidades.

Para la preparación de cada stand la organización del evento le ha asignado un voluntario a cada de los más de 1,200 stand, pero que lamentablemente están sub utilizados. La idea era que su asignación invitara a una preparación para atender a eventuales interesados en información en cada stand, pero los exhibidores, temerosos ellos, en muchos casos les han dado funciones de mensajería y carguío de cajas, lo que es un insulto a su preparación. Probablemente, sean aspectos que vayan a afinarse en los próximos Perumin.

Pero la participación de los estudiantes va más allá de este tema. Según Gálvez la idea es convocar a mucha juventud, con miras poner la minería a su alcance y darle una proyección hacia el 2050. “Estamos utilizando ese recurso que es nuestra juventud, por eso hemos orientado el Perumin a innovación, tecnología y educación… Lo que buscamos es sembrar que la industria minera no es solo extraer minerales sino una industria compleja para desarrollar ciencia y tecnología de punta”, señala.

Y no es que no haya anfitrionas en Perumin, sí las hay, pero es como si estuvieran de incógnita.

En esa línea, el Perumin también ha implementado una instalación inmensa en la cual a través de la experiencia tridimensional y virtual, escolares pueden tener una acercamiento a la minería: cómo es, para qué sirve, las medidas ambientales consideradas en cada operación, etc etc. Invitó a diez colegios a vivir esta experiencia y entender qué es la minería, pero según Gálvez para que enseñen a sus padres.“Lo más importante para nosotros es esta semilla con estos muchachos, esta mina virtual que permite ver cómo se hace una operación minera, que vean los proyectos de sostenibilidad y que puedan enseñarles a sus papá que le enseñen cómo es una operación minera porque al parecer se quedaron en el siglo XIX”, lanzando sin empacho una chiquita a los antimineros de Arequipa.

A los voluntarios del Perumin también se les ha ofrecido capacitaciones, un bolo simbólico, cuyo monto no nos llegaron a informar aleccionados por los organizadores. Su presencia da cuenta que el evento ha avanzado y se aleja de la frivolidad, de lo machista, de la repartija de alcohol en los stands, y donde la participación era limitada. Suma pero no es suficiente. Hay esfuerzos inclusivos, pero la fiesta sigue teniendo zonas VIP, alimentación de mega precios, pocos estímulos para comprender que la minería en el Perú también es un tema social. Pese a ello Perumin ha iniciado con buen pie impulsando la tecnología y desarrollo de innovación, para que nuevos emprendimientos, quizás de estos voluntarios, se cuelguen del desarrollo minero que aún va a tener larga data.

Autor: Jean Pierre Fernandez (jpfernandez@prensagrupo.com)