La economía circular en la industria minera peruana: desafíos y oportunidades

La economía circular en la industria minera peruana: desafíos y oportunidades

Por Edwin Bustinza Lozada, jefe del área legal de Compañía de Minas Buenaventura. Esta columna aparece en la edición 82 de la revista Energiminas.

Al igual que en el resto del mundo, en el Perú los efectos de la pandemia del covid-19 se continúan materializando en nuestra economía y sistema de salud. En la actualidad, el Perú enfrenta una aguda recesión económica reflejada en  una disminución del 12.5% del PBI, según el Banco Central de Reserva, y una tasa de desempleo a nivel nacional del 8.8% en el segundo trimestre del 2020 comparada con el 3.9%  del 2019. Adicionalmente a ello, el Perú se encuentra en el primer lugar en el mundo en relación al ratio de mortalidad por covid-19 por cada millón de habitantes.

En este contexto de crisis económica, sanitaria y social por la que atraviesa el Perú, la actividad minera adquiere una mayor responsabilidad pues se convierte, nuevamente, en el principal generador de divisas del país, y en la industria estratégica de la reactivación y recuperación de la economía peruana en el corto y mediano plazo, esto debido a que el sector minero representa el 60% de las exportaciones del país, el 10% del PBI peruano y concentra el 16% de la inversión privada, como indica la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía.

El camino está trazado para que el sector minero incorpore en su estrategia de crecimiento los principios de la economía circular.

De esta manera, para poder capitalizar los beneficios que representa liderar la recuperación económica del Perú y al mismo tiempo minimizar los riesgos y desafíos que plantea la actual coyuntura social, económica y ambiental a nivel mundial, la industria minera tiene la oportunidad de transformar su modelo económico intersecando su estrategia de crecimiento sostenible con los principios de la economía circular.

Teniendo en cuenta el reto de esta nueva década y las limitaciones del pasado, ¿cuán factible sería la integración, implementación y estandarización de los principios circulares con los modelos operativos mineros?  ¿Cuáles son las sinergias que existen entre la actividad minera y la economía circular? ¿Es momento de rediseñar la estrategia y operación minera desde un nuevo enfoque económico?  

La economía circular dejó de ser considerada una propuesta conceptual, una alternativa o iniciativa basada en principios ambientalistas, por el contrario, debe ser entendida como un modelo o concepto económico que se interrelaciona con la sostenibilidad, y cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, y que se reduzca al mínimo la generación de residuos. Este avance viene siendo incorporado y ejecutado por un gran número de países (principalmente de la Unión Europea) y por empresas de distintos sectores económicos, fundamentadas en los objetivos de desarrollo sostenible (resultados económicos, ambientales y sociales).

Hay elementos que nos permiten pensar que existen altas sinergias y puntos de convergencia entre la actividad minera, considerada una industria esencial para el desarrollo de la sociedad y de la economía peruana, y el modelo económico que plantea la economía circular, a la luz del cambio y la transformación que actualmente atraviesa el mundo como consecuencia del covid-19, es una ola que toma cada vez mayor cuerpo y fuerza, y marcará la pauta y el camino a nivel mundial en los próximos años, convirtiéndose en una alternativa efectiva y sostenible para salir de esta crisis económica mundial. La actividad minera no puede ser ajena ni dejar pasar la oportunidad de participar en este cambio de modelo económico. 

Es importante reconocer que el actual modelo económico que rige en la economía mundial es “lineal” pues se basa en la extracción de recursos naturales, la posterior fabricación de productos, el uso o aprovechamiento de los mismos y, finalmente, luego de ser usados, estos productos son objeto de descarte o desechados, es decir, el patrón que sigue este modelo se podría resumir en “extracción, fabricación, utilización y eliminación”, como señala la Fundación para la Economía Circular. 

Bajo el actual escenario mundial, este “modelo lineal” parecería insostenible y con una casi anunciada fecha de caducidad. Como ha informado la OECD, como consecuencia de la rapidez de crecimiento de la población mundial, “el consumo mundial de materias como la biomasa, los combustibles fósiles, los metales y los minerales se duplicará en los próximos cuarenta años”, ocasionando el natural agotamiento de estos recursos naturales no renovables y, por consiguiente, el uso eficiente de estos se hace casi imprescindible. ¿Qué debe hacer la industria minera ante esta inminente situación? ¿Bastará con adaptarse o también deberá innovar para no morir?

El Perú ha sido uno de los primeros países latinoamericanos en incorporar la economía circular a sus actividades y establecer una “hoja de ruta” a través de una legislación que facilita su ejecución. Muestra clara de ello son los decretos supremos N° 345-2018-EF y N° 237-2019-EF, en virtud de los cuales se aprobó la política y el plan nacional de competitividad y productividad. Ambas normas tienen como objetivos prioritarios el “fomentar el tránsito hacia una “economía circular”, que reduzca los efectos perjudiciales de la actividad económica sobre el medio ambiente y contribuya activamente a la lucha frente al calentamiento global”. No podemos dejar de mencionar que mediante Decreto Supremo N° 003-2020-PRODUCE, el Ministerio de la Producción, en colaboración con el Ministerio del Ambiente, aprobó la hoja de ruta hacia una economía circular en el sector industria, importante avance y evidente muestra de las acciones a ejecutar en los próximos años.  ¿Y la minería?

El camino está trazado para que el sector minero incorpore en su estrategia de crecimiento, en el diseño de sus procesos, en el enfoque de sus análisis económicos  y en la institucionalización de sus actividades los principios de la economía circular, pues si bien no ha sido oficializado este modelo en la industria minera, muchos de los principios en los que se fundamenta la economía circular como la “reutilización” o la “minimización del impacto ambiental” han venido siendo aplicados por la minería, ora por exigencia de la normativa ambiental peruana aplicable al sector, ora porque busca cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (“ODS”) de las Naciones Unidas en minería. 

Existen claras y fehacientes muestras y condiciones para pensar que la minería peruana pueda poner en marcha la economía circular en sus actividades.

Si la industria minera internaliza, rápidamente, que los beneficios económicos, sociales y ambientales de optar por este modelo económico en sus operaciones son favorables, podrán sortear hábilmente el impacto que ocasionaría esta ola. En efecto, en una reciente investigación llevada a cabo por Rachael Bartels y Harry Morrison de Accenture indican que “el impacto de la economía circular en la industria minera es directo y potencialmente disruptivo para la industria, pues a medida que reciclan más y compran menos, la reducción de la demanda de materiales originales es inevitable”. No obstante ello, la citada investigación propone que “la minería puede ser un ganador en la economía circular, pero solo si las compañías mineras aprovechan la iniciativa de innovación de las industrias que demandan los metales”. 

Una clara iniciativa originada en el sector minero peruano es el establecimiento de un hub de innovación minera que tiene como objetivo la búsqueda de un mecanismo que facilite la innovación y la colaboración en el sector minero. Esta iniciativa es una importante contribución debido a que al ser considerados los minerales y metales recursos naturales no renovables, resulta necesaria la investigación permanente en la mejora continua de los procesos para obtener una explotación y extracción de estos recursos de manera óptima.

Por las consideraciones señaladas, la economía circular en minería tiene la capacidad de potenciar esta industria, solucionando el desafío relacionado a la escasez o agotamiento de los recursos minerales, la disminución de residuos, la transformación de los relaves mineros en una nueva fuente de recursos para la misma industria minera o como suministro de materia prima secundaria para otras industrias, y la consecuente reducción de los impactos ambientales con beneficios económicos. 

Es importante destacar que la economía circular se encuentra alineada con los 10 principios mineros del International Council on Mining and Metals (ICMM), los cuales definen y representan los requisitos ambientales, sociales y de gobernanza de buenas y ejemplares prácticas para la industria minera y metalúrgica en favor del desarrollo sostenible.

Empresas como la compañía minera brasileña Nexa Resources vienen implementando en su estructura corporativa un área de economía circular, que tiene entre sus objetivos la conversión de residuos en nuevos productos. Su caso bandera es la mina Morro Agudo (ubicada en Brasil), la cual, indican, es 100% residuo cero. Todo lo que se genera se transforma en un nuevo producto que va para la agricultura. Es un producto secundario, y representa el 5% de sus ingresos, según refirió su jefe corporativo de Innovación.

Otro ejemplo interesante de aplicación de la economía circular en la industria minera es el ejecutado por la empresa sueca SKF, quienes han potenciado su servicio de remanufactura de rodamientos industriales para el sector minero, debido a la afectación de la vida útil de los activos como las maquinarias, los cuales, producto del desgaste, corrosión y ciertas condiciones como la contaminación o el contacto metal a metal, pueden causar todo tipo de daños a estos equipos que son indispensables en la productividad de cada operación minera, contribuyendo a la economía circular y a la optimización de costos en las empresas mineras.

A manera de conclusión, podemos manifestar que la crisis económica y social que enfrenta el Perú como consecuencia del covid-19 requiere de acciones concretas que permitan un cambio de modelo económico a la economía circular que posibilite una gestión eficiente de los recursos naturales, reduciendo la generación de residuos, el impacto al medio ambiente y que promueva el diseño (o rediseño) de nuevos e innovadores modelos de negocios donde se “cierre el círculo” a través de partnerships con otras industrias las cuales puedan “entregar” sus productos para ser convertidos nuevamente en materia prima, y reintegrados a la economía con el objetivo de  mantenerlos en uso. 

Existen claras y fehacientes muestras y condiciones para pensar que la minería peruana pueda poner en marcha la economía circular en sus actividades, sin embargo se requerirá del liderazgo apropiado que pueda ver la inminente disrupción y la increíble oportunidad que ofrece tomar una pronta acción, definir objetivos claros y una hoja de ruta que, al igual que en sector industrial, pueda trazar los lineamientos y acciones de esta transición, así como el compromiso de las empresas mineras de continuar ejecutando inversión en tecnología ecofriendly que determine una sostenibilidad del sector minero en el futuro.

En la medida que los desafíos y oportunidades que a la vez trae consigo la economía circular a la minería, sean vistos como faros que guían nuevas estrategias de ventaja competitiva y sostenibilidad, establecidas por líderes en la industria enfocados en promover una nueva forma de crecimiento económico, generará un valor a la actividad minera a largo plazo. Este artículo busca presentar un nuevo punto de vista, reconociendo el progreso ya recorrido y dejando abiertas interrogantes pendientes por resolver.

Autor: Energiminas (info@prensagrupo.com)