
El Gobierno creó la comisión multisectorial, de naturaleza temporal, para la creación e implementación de una planta nacional de urea y otros fertilizantes nitrogenados. El Decreto de Urgencia N° 013-2022 dicta medidas extraordinarias para facilitar y garantizar el abastecimiento del fertilizante nitrogenado urea ante el inicio de la campaña agrícola 2022-2023, y como consecuencia de la escasez mundial debido al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
La comisión es presidida por el Ministerio de la Producción, e integrada por el Presidente del Consejo de Ministros y los ministros de Desarrollo Agrario y Riego; Relaciones Exteriores; Comercio Exterior y Turismo; Cultura; Transporte y Comunicaciones; Ambiente; Vivienda, Construcción y Saneamiento; Energía y Minas; Justicia y Derechos Humanos; y Economía y Finanzas.
Según diversos expertos consultados por el diario El Comercio, esta planta, de concretarse, aprovecharía las reservas peruanas de gas natural, combustible que constituye, según Álvaro Ríos, fundador de Gas Energy, la principal materia prima para la fabricación de urea.
En el Perú se reinyectan 325 millones de pies cúbicos de gas natural diariamente debido a que no hay demanda. Esta cantidad equivale a un tercio de la producción de Camisea que retorna al subsuelo por ausencia de mercado.
Expertos como Federico Noguera, ingeniero petroquímico, insisten en que con solo 100 millones de pies cúbicos diarios, se podría producir urea para el mercado peruano y hasta sobraría un poco para exportar.
Ahora bien, los especialistas creen que la mejor zona para construir una planta de urea en el Perú es Marcona por su cercanía a la infraestructura (ducto). Advierten que el plan debe ser ejecutado cuanto antes porque “los inversionistas no van a esperar cinco o seis años para que el Gobierno tome la decisión”, dijo Pablo Campana, ejecutivo de Pluspetrol, siempre según el diario El Comercio.
La urea es uno de los fertilizantes más populares y los precios mundiales de los fertilizantes se han disparado este año a niveles no vistos en más de una década, según el Banco Mundial. El aumento en el precio de este componente químico no solo se está notando en la agricultura. Su uso en los camiones es obligatorio en algunos países, como en Corea del Sur y Australia, y eso está afectando a las cadenas de suministro de ambos países.
Autor: Jean Pierre Fernandez (jpfernandez@prensagrupo.com)