
Sucedieron hechos impensados mientras Francisco Ísmodes Mezzano fue ministro de Minería y Energía. Luego de muchos años de obtenido el permiso de construcción, Anglo American encontró un socio y decidió ejecutar el proyecto Quellaveco, Minsur, mientras culminaba su proyecto B2, decidió apostar por Mina Justa y el cobre, al tiempo que Chinalco decidió ampliar sus operaciones en Toromocho. Por ese entonces, 2018, el Perú perfilaba seriamente metas al 2021: proyectos encaminados, una electrificación rural cubierta en todo el territorio peruano, avanzar con la masificación y haber puesto en marcha el Sistema Integrado de Transporte de Gas al Sur del Perú (SITGAS), que reemplazó al Proyecto Gasoducto Sur Peruano. Se avanzó en simultáneo con el proyecto Siete Regiones. Ambos proyectos beneficiarán a las regiones del sur del Perú. Con respecto al petróleo, PetroTal había comenzado la explotación de hidrocarburos en el campo Bretaña, en Loreto. El Estado estaba concretando inversiones, garantizando ingresos futuros al fisco, generando empleo, cerrando brechas. Ahora que nada se materializa y que todo se posterga por la pandemia de covid-19, aquellos tiempos de cifras macroeconómicas positivas y menor desempleo se añoran. De esta época es un testigo privilegiado Ísmodes Mezzano, quien nos ha concedido una entrevista a través del correo electrónico. Francisco Ísmodes, antigua máxima autoridad del Ministerio de Energía y Minas, sostiene que «se debe mostrar y comprometer la inversión de los recursos económicos que se generan en el cierre de brechas sociales, en el impulso de actividades económicas relacionadas y no relacionadas con el desarrollo minero, a fin de generar empleo sostenible». Este es más un deseo que un hecho. Y he aquí otra declaración importante y reveladora del exministro: «Los territorios no reciben la información necesaria sobre los proyectos, ni siquiera sus autoridades, entonces cómo pueden apoyar el desarrollo de un proyecto o actividad cuyos alcances no conocen de manera clara y tangible, o que sólo recibieron la información de parte de la empresa en la que no necesariamente confían o tendrían que hacerlo, o aún peor de terceros que sin sustento real y técnico, cuestionan el desarrollo del proyecto». Esta entrevista aparece en nuestra edición digital. En esta ocasión liberamos la totalidad del diálogo con el exministro Francisco Ísmodes.
El trabajo de muchas de las grandes empresas del sector minero y de hidrocarburos frente al Covid-19, ¿cómo lo calificaría? ¿Han hecho menos de lo que se esperaba o más acaso?
Tanto el sector minero como el de energía han mostrado su resiliencia y solidaridad frente a la pandemia. Han reaccionado rápidamente para adaptarse a nuevos protocolos de seguridad y poder reiniciar sus operaciones, y han estado presentes en el apoyo a las poblaciones y el gobierno de diferentes formas para enfrentar esta situación crítica.
Durante su gestión como ministro, ¿qué hecho calificaría como su mayor logro? ¿Qué lo enorgullece?
El haber iniciado en el Minem una gestión integral basada en cinco ejes de trabajo, a fin de ver resultados en la mejora del desempeño del sector en corto, mediano y largo plazo, fortaleciendo su competitividad y sostenibilidad. Cada eje tuvo sus iniciativas y logros. El primer eje, que se invierta en proyectos de cierre de brechas sociales en zonas minero energéticas. Es necesario que en los territorios donde se desarrolla la actividad minera, de hidrocarburos y electricidad, también se fortalezca la mejora tangible en el bienestar de sus ciudadanos. Para ello trabajamos en el Fondo de Adelanto Social, cuyo objeto es desarrollar inversiones sociales en cierre de brechas, incluso previo a la llegada de las inversiones privadas o públicas. Se llegó a aprobar el reglamento y manual operativo para iniciar su implementación. También se impulsaron los proyectos de electrificación rural, incluyendo la promoción de proyectos a través de Obras por Impuestos en la Selva, dada la situación de falta de electricidad en zonas donde en contraste se extrae hidrocarburos.
El segundo pilar comprendía la descentralización y el fortalecimiento institucional. Es importante que la información sobre la actividad del sector llegue de manera proactiva a las autoridades y ciudadanos en las regiones donde se realiza. Para tal fin creamos los Comités Regionales de Gestión e Información Minero Energética, cuyo objeto es llenar los vacíos de conocimiento e información de manera descentralizada y proactiva. Este es solo un ejemplo de muchos, además de la obtención de la Certificación ISO 37001, un sistema de gestión antisoborno, que establece procedimientos y normativas orientadas a fortalecer la Integridad en sus procesos.
La sostenibilidad ambiental, por supuesto, es el tercer eje. A pesar de que la labor de fiscalización ambiental del sector era responsabilidad del OEFA, adscrita al Minam, propusimos en el Minem cumplir con un rol más proactivo. En relación con los pasivos ambientales mineros e hidrocarburíferos que han sido declarados de cargo del Estado, era importante dar señales claras del compromiso del Estado. Para ello se aprobó en 2018 y 2019 un presupuesto total S/ 425 millones destinados a la remediación de pasivos ambientales cuyos expedientes técnicos estaban concluidos. A su vez se elaboró la propuesta de Programa Nacional de Gestión de Pasivos Ambientales Mineros e Hidrocarburíferos. Fue un trabajo muy importante para el Sector, que aún no se concreta.
El cuarto eje era promover las buenas prácticas y por ello se conformó RIMAY, Centro de Convergencia y Buenas Prácticas Minero Energético, que a inicios del año 2019 concluyó la elaboración de la Visión de la Minería al 2030 de manera consensuada entre sectores del gobierno, empresas, universidades y representantes de la sociedad civil (ONG). El quinto y último eje se basaba en la promoción de inversiones. Los proyectos de minería iniciados en el 2018 significan inversiones por encima de los US$ 8,000 millones, como es el caso de Quellaveco en Moquegua, Mina Justa en Ica y Toromocho en Junín. Solo en el 2018 y 2019, las inversiones en minería bordearon los US$ 6,000 millones en cada año. En relación al sector hidrocarburos, en el 2018 se inició la producción en el Lote 95 en Loreto. Ese mismo año se inauguró el proyecto fotovoltaico Intipampa en Moquegua, el proyecto eólico Wayra en Ica, el sistema de ciclo combinado de la Central Termoeléctrica Santo Domingo de Olleros en Lima. Un tema a destacar es la necesidad de mostrar de manera veraz y objetiva, en todos los niveles de la sociedad o territorios con actividad minera, la relación tangible que debe existir entre la actividad minera y el desarrollo como un binomio inseparable. Los territorios no reciben la información necesaria sobre los proyectos, ni siquiera sus autoridades, entonces cómo pueden apoyar el desarrollo de un proyecto o actividad cuyos alcances no conocen de manera clara y tangible, o que sólo recibieron la información de parte de la empresa en la que no necesariamente confían o tendrían que hacerlo, o aún peor de terceros que sin sustento real y técnico, cuestionan el desarrollo del proyecto.
¿Qué, no obstante, lamenta no haber logrado?
Varias cosas. Temas que se quedaron en el tintero. Algunas de las iniciativos de los 5 ejes que no pudimos dejar concluidos. La necesidad de mejora de la normativa que regula la exploración minera, esencial para incrementar la cartera de proyectos, como es el caso del Reglamento de Protección Ambiental para las Actividades de Exploración Minera, Decreto Supremo N° 042-2017-EM, aprobado en diciembre del 2017, el cual requiere precisiones y mejoras para evitar complicar aún más la labor de exploración minera. La mejora de la normativa de planes de cierre para garantizar sus resultados a la luz de los avances en su implementación.
En relación al proyecto Tía María, a pesar de que se otorgó la licencia de construcción cumpliendo la normativa legal en un trámite que demoró más de cuatro años, no se pudo iniciar la construcción por la conflictividad social que se había generado en el 2010, la cual se reavivó al momento de otorgar la licencia. Dada la importancia que tiene para el país la inversión que genera empleos y recursos económicos para mejorar bienestar, estos proyectos deben ser acompañados por las autoridades desde su inicio, incluso desde la exploración, con iniciativas que fortalezcan su competitividad y sostenibilidad.
¿Por qué cuesta convencer a las personas de que la minería es una actividad como muchas otras?
Hay muchos aspectos que hacen de la minería una actividad con características muy distintas a cualquier otra. La transformación de recursos naturales del subsuelo en recursos económicos que genera expectativas que no son satisfechas, sin dejar de mencionar los alcances ambientales que dicha actividad debe mitigar. Además de desarrollarse en zonas alejada, muchas de ellas en situación de pobreza, y tener una interacción importante con ciudades y personas, ya sea por razones económicas, por la ubicación de las operaciones cercanas a ellas o por el tránsito de concentrados de mineral, suministros, personal, proveedores y contratistas las atraviesan. Esta situación implica una conflictividad siempre latente, por lo que se debe trabajar con mucho profesionalismo, transparencia y proactividad, por la empresa y autoridades.
¿Ha tenido a veces la percepción de que las mineras son en el Perú ese saco para golpear?
Sin duda que las frustraciones de los ciudadanos por las expectativas no satisfechas, compromisos incumplidos, débil rol del Estado en las zonas donde se desarrolla el sector con existencia de brechas sociales y productivas, llevan a que la población acuda a la empresa que está en la zona para que le resuelva sus necesidades. Como menciono, la presencia de la autoridad cumpliendo un rol proactivo, dándole atención a los reclamos de la población, debe ayudar a evitar esta situación.

Señor Ísmodes, ¿por qué Canadá y Australia son lo que son con minería y países como Perú y muchas partes del África somos lo que somos también con minería?
Canadá y Australia son países en los que se ha avanzado en desarrollo y bienestar social, contando con mejor infraestructura y mejor comunicación, que permite tener ciudadanos mejor informados. A su vez han desarrollado tecnologías en cuidado ambiental, mejora operacional, etc., que son exportadas a países con actividad minera como el nuestro. No obstante, es importante destacar que Perú no solo ha desarrollado altos estándares operativos y tecnológicos en sus operaciones formales, sino que además se viene trabajando en la iniciativa de clústeres mineros en el sur, promovida por la CAF, Cámara de Comercio de Arequipa, entre otras instituciones, la cual tiene por objeto impulsar el desarrollo de tecnología nacional que pueda incluso ser exportada a países con minería. También se viene avanzando con la hoja de ruta tecnológica para el desarrollo de negocios vinculados a la minería, impulsada por el Ministerio de la Producción y el Ministerio de Energía y Minas, lo que debe facilitar la recuperación del sector logístico minero en la situación que vivimos actualmente.
La minería es una gran productora de riqueza, pero esta no se distribuye como se debería. ¿Está usted de acuerdo con una afirmación así o cree que es inexacta e injusta?
No es un tema de mala distribución de la riqueza, sino de la necesidad de un mejor aprovechamiento de los recursos que se deben invertir en proyectos de desarrollo y cierre de brechas sociales y productivas. Sin perjuicio de ello, hay mejoras que pueden ser implementadas, como es el destinar más impuestos con los que ya contribuye la minería a favor de las zonas donde se desarrolla la actividad, dado que a la fecha no todo el impuesto a la renta con el que contribuye el sector es considerado para la determinación del canon minero, esto debe ser revisado.
¿Qué cree de la creación de una minera pública, a lo Codelco en Chile? ¿Es una posibilidad o una mala idea?
La actividad minera, además de requerir alta capacitación y tecnología, requiere de inversiones de alto riesgo. Muchos de los recursos que son invertidos se pierden por no resultar en proyectos exitosos. El Estado debe destinar sus recursos a generar mayor bienestar a los ciudadanos, darles mejores servicios en especial en salud, nutrición y educación, así como construir hospitales y colegios. Por el contrario, debe evitar poner en riesgo los recursos que recauda en actividades que pueden ser desarrolladas por el sector privado. Lo que debe hacerse es promover más inversiones privadas y con ello buscar que se genere más empleo y recaudar los tributos que requiere el país para su desarrollo.
Tras el COVID-19, ¿le va costar más al Perú atraer inversión minera?
En este momento considero que el panorama sobre nuevas inversiones durante los próximos meses es incierto, tanto por temas financieros, protocolos de salud y seguridad, restricciones de viajes, entre otros. Confiemos que la normalización paulatina de las actividades, así como el avance en la mitigación o fabricación de la vacuna contra el COVID-19, permita regresar a niveles de inversión antes de la pandemia. Ante dicha situación, es muy necesario que las autoridades implementen acciones de cortísimo plazo para impulsar dicha reactivación.
Hay seis proyectos mineros en cartera para este año, ¿alguno de estos tiene posibilidades de ejecutarse en 2020 o es que deberíamos solo esperanzarnos en el 2021?
Se debe buscar avanzar con los proyectos en el 2020, identificando caso por caso la forma de acelerarlos, anticipándose a resolver posibles “cuello de botella” que ponen en riesgo su avance. La ejecución de un proyecto minero tiene diversos factores, no todos obedecen a temas relacionados con permisos que el gobierno debe otorgar, ni con negociaciones o conflictos con comunidades del entorno, sino también a situaciones particulares de cada empresa. En todo caso es importante actuar de manera proactiva.

Uno de los grandes desafíos de la minería, de los que menos se habla pero en los que puso el foco antes el señor Góbitz, es la seguridad minera. Perú es muy intermitente en ese campo. ¿Usted también lo cree?
El cumplimento exhaustivo de los protocolos y estándares de seguridad establecidos por la empresa, cumpliendo la normativa, debería impedir que se generen accidentes. No obstante, la complejidad y riesgo en las labores no perdona condiciones subestándares ni errores humanos, causas por las que generalmente se producen dichos accidentes. Sin duda es un tema muy importante en el que se debe seguir trabajando para mejorar. En ese sentido, a pesa de que la fiscalización en seguridad y salud ocupacional fue asumida por la Sunafil, entidad del Ministerio de Trabajo, y en sostenimiento y caída de roca por el osinergmin el Minem, como ente técnico, debe cumplir un rol proactivo y preventivo promoviendo las mejores prácticas, lo que puede ser tratado también en RIMAY.
A su vez, en temas de seguridad, no podemos dejar de referirnos a la pequeña minería y minería artesanal, la formal y la aún informal. En este caso la fiscalización es casi inexistente dado que la gran mayoría de las direcciones regionales de minería de los gobiernos regionales, encargadas de la fiscalización por ley, no tienen el personal necesario, ni la capacitación, ni las herramientas idóneas para llevarla a cabo. Accidentes en estas operaciones se producen con mucha frecuencia y severidad. Por ello propuse al interior del Minem que se trabaje en una iniciativa para que tanto el Osinergmin, la Sunafil y en el caso ambiental, el OEFA, hagan un acompañamiento cercano a las regiones en conjunto con el Minem, y se evalúe acciones que cambien esta situación.
Cuando usted era ministro de Energía y Minas, ¿era muy constante el asunto de la automatización en las grandes mineras? ¿Cree ahora que el Covid-19 acelerará ese salto a lo tecnológico y digital?
La gran y mediana minería, incluso algunas pequeñas mineras formales, tienen sistemas automatizados que les permiten mejores resultados operacionales, económicos y de seguridad. Los desafíos que ha planteado el COVID-19 sin duda pone atención en cómo mejorar o incrementar dicha automatización. En algunos temas esto podrá ser en plazos cortos, en otros tomará más tiempo por las medidas que ello implica.
¿Cree usted, como la exministra de Economía y Finanzas, Claudia Cooper, que en el Perú, quien paga las cuentas es la minería?
Si hacemos una retrospectiva y vemos la evolución del desarrollo en nuestro país, la reducción de la pobreza, los recursos económicos invertidos en proyectos y programas sociales, la generación de reservas internacionales, y demás, y lo comparamos con la evolución de la contribución de la minería en época de bonanza y en época de crisis mundial, como la que hemos vivido en el 2008 por ejemplo, lo afirmado por la exministra Cooper se comprobará fácilmente. Y esto lo podremos volver a evidenciar luego de superada esta crisis, cuando el sector continúe aportando una parte muy importante de los recursos que necesita el Estado para atender sus necesidades y el desarrollo. Cabe destacar que gran parte de las reservas internacionales que nos han permitido mitigar los efectos de esta crisis del COVID-19 han sido generadas por la minería. Es por eso que la difícil situación que vivimos actualmente puede ser una oportunidad para poner en valor el aporte del sector, siendo una labor a desarrollar de manera conjunta por el Gobierno, empresas y demás autoridades.
¿Qué ha pasado con el programa Visión Minera al 2030?
En relación a la Visión Minera al 2030 aprobada en febrero del 2019, en el seno de RIMAY, Centro de Convergencia y Buenas Prácticas Minero Energéticas, corresponde se continúe con la implementación de las actividades priorizadas que he resumido en el eje 4 antes expuesto, para lo cual viene avanzando el Minem con el apoyo del BID y la participación de los que conforman esta iniciativa.
¿Es este un año perdido en materia económica, señor Ísmodes, y de grandes inversiones?
Sin duda que la crisis nos ha impactado negativamente de manera muy importante y que aún no está claro lo que podamos retomar en el presente año. Confiemos que las acciones adoptadas por el Gobierno y la evolución de la mitigación del COVID-19 puedan permitir retomar en los plazos más cortos posible el crecimiento económico que el Perú ha liderado por años en la región. Si se trabaja de manera conjunta entre los peruanos, estableciendo un mismo norte de reducción de pobreza y generación de empleo, nos podremos recuperar más rápidamente.

¿Lamentamos ahora las inversiones truncas o pospuestas?
Definitivamente toda inversión no ejecutada, nos debe generar preocupación, por la afectación al país que ello implica. Empero, más que lamentarnos, se debe impulsar iniciativas para revertir la situación, trabajando en soluciones de corto, mediano y largo plazo. Como he dicho, el desarrollo de un proyecto minero o energético no es de coyunturas, son iniciativas de largo aliento, y por ello se debe acompañar desde el inicio con un enfoque integral como he expuesto. Es responsabilidad del gobierno, de las empresas y demás actores interesados llevar adelante este proceso de manera transparente, donde la voluntad de todos permita mejorar en los aspectos que sean requeridos. Para los proyectos en los que no se hizo esta labor y se han visto demorados, se debe sincerar la situación para que, en conjunto con los actores involucrados, se puedan encontrar soluciones por el bien del país en el plazo más corto posible.
¿Los nuevos protocolos sanitarios han venido para quedarse definitivamente?
Los protocolos operacionales, en seguridad y salud que hayan sido adecuados por motivo de la pandemia, seguramente seguirán aplicándose mientras esta situación no sea superada totalmente. Es importante resaltar que las empresas mineras formales, por la naturaleza de sus actividades, cumplen estrictos protocolos de seguridad y cuidado de la salud, por lo que es el sector que mejor puede afrontar situaciones como la del COVID-19.
Los precios de los metales son muy volátiles pero quienes comercian con cobre están relativamente tranquilos porque están convencidos de la fortaleza futura de este metal como elemento esencial para la revolución en tecnologías como la electromovilidad y la urbanización. ¿El futuro de este metal también le mantiene en calma?
La decisión de inversión en minería considera la proyección de largo plazo de precios de los metales. Una coyuntura de precios determinada no debería significar un cambio de planes en el desarrollo de una inversión o proyecto, salvo que se tenga problemas de financiamiento o se trate de priorización de inversiones. Los precios proyectados se basan sin duda en la demanda futura de los metales por las distintas industrias a nivel mundial. Al respecto el cobre es un mineral con buenas proyecciones en la industria de la energía, al igual que otros minerales, como es el caso del litio, por ejemplo. Sin embargo, es importante resaltar que el avance veloz del desarrollo de la tecnología puede significar cambios en dicha demanda, lo que impactaría negativamente en los precios de los metales. Por ello debe avanzarse sin demora en el aprovechamiento de nuestros recursos minerales, para aprovechar a su vez los precios actuales y generar así mayores ingresos al país.
¿En qué falla la minería en el Perú, diría usted? ¿En qué campos es deficiente?
Considero que el sector ha hecho esfuerzos para mejorar el desempeño social y ambiental, y que en muchos casos hemos visto buenos avances y resultados. No obstante, considero que ha habido una responsabilidad compartida por no haberse hecho todo lo que correspondía durante muchos años. El trabajo conjunto entre la empresa, gobierno y sociedad, para consensuar las buenas prácticas, así como las acciones orientadas al mejor aprovechamiento de los recursos que genera la minería, a fin de mostrar resultados tangibles en cierre de brechas y bienestar, considero es lo más ausente que se ha tenido, aún conociéndose los resultados de muchos estudios y trabajos desarrollados en más de 20 años que identifican estas debilidades. Asimismo, el mostrar las mejores prácticas ambientales y sociales a cargo de la empresa es un aspecto que muy disparejo en el sector e impacta en su reputación. Aquí también es esencial el rol del gobierno, su presencia en los territorios donde se desarrolla la actividad, para dar seguridad y tranquilidad de que las normas y compromisos asumidos, así como buenas prácticas, serán cumplidas hoy y en el futuro. Velar por que los ciudadanos en el territorio reciban la información completa y veraz, y que para obtener esa información o transmitir sus reclamos o preocupaciones, no tengan que viajar a Lima, destinando sus recursos y tiempo a ver si son recibidos, escuchados por las autoridades y, en el mejor de los casos, se tome alguna acción al respecto.
¿Se merece actualmente la minería peruana una mala reputación o no?
No puedo decir que se merezca una mala reputación, lo que sí vemos es que en varios territorios en nuestro país dicha mala reputación existe. La implementación de las iniciativas que he expuesto anteriormente, como el conjunto de acciones que conforman un trabajo integral, ayudará a generar una mayor confianza de la población en el desarrollo del sector, lo que en mi opinión mejorará su reputación. No obstante, este es un trabajo de mediano y largo plazo, y que no significa la solución de todos los problemas por las características propias de la actividad como he mencionado, pero si dará los espacios para permitir un diálogo donde se puedan resolver las diferencias que se generen.
Usted es también director de Perupetro. ¿El panorama del petróleo es desalentador?
Es una coyuntura muy difícil la que le toca vivir al sector de hidrocarburos, tomará tiempo su recuperación dado el precio actual que tiene el petróleo y la pandemia que aún no se supera completamente. Justamente esto es una muestra de cómo el no aprovechar nuestros recursos naturales durante el tiempo de precios altos nos afecta como país, dado que con los precios actuales generan menos beneficios. Los peruanos debemos tener presente que el aprovechamiento de nuestros recursos naturales es una responsabilidad que no podemos postergar. Los hidrocarburos son parte de ello. Por eso el impulsar una reactivación de la producción de hidrocarburos es una necesidad que permitirá incrementar de manera importante la recaudación de impuestos, regalías, canon y sobre todo recuperar el empleo que se está perdiendo. Evidentemente el trabajo integral que hemos explicado anteriormente, es el mismo que debe aplicarse a este sector para su desarrollo sostenible.
Permítame una última pregunta: cuando superemos el COVID-19, ¿qué espera que haya cambiado en el sector minero o de hidrocarburos, o acaso en el Estado?
El COVID-19 ha sido extremadamente perjudicial en nuestro país y el mundo, nadie estaba del todo preparado para una situación como esta. En nuestro país se ha hecho más evidente que nunca las carencias en servicios públicos no resueltos durante años, no necesariamente por falta de recursos económicos, sino por una gestión pública inadecuada de los mismos, sin dejar de mencionar la corrupción que tanto daño nos ha causado, debilitando nuestras instituciones que son las que deben responder en situaciones como la que vivimos. También nos ha mostrado que una política económica responsable nos ha permitido contar con las reservas y recursos para mitigar en parte, los efectos negativos de esta pandemia.
Ante la crisis y adversidad, debemos aprovechar las lecciones aprendidas, y enfocarnos en trabajar para estar mejor preparados. Para ello es importante el trabajo conjunto de todos que permitirá afrontar de mejor manera los desafíos futuros. Los sectores de minería y energía deben ser parte de un plan integral, dado el potencial de nuestros recursos naturales que tienen una demanda asegurada en el mundo, y nos permitirán generar los recursos económicos para recuperarnos de esta crisis y de otras que se puedan dar en el futuro, y retomar así el camino del desarrollo en bienestar de todos los peruanos. Estamos obligados todos, de diferentes maneras, a buscar este objetivo.
Autor: Jean Pierre Fernandez (jpfernandez@prensagrupo.com)