
El precio del oro subió 18% en 2019 y este año, debido a la pandemia, su tendencia al alza se ha prolongado. El metal precioso es más refugio que nunca y ha llegado a tocar máximos de 2011, superando los US$1.800 la onza.
Los inversionistas optan por el metal precioso en tiempos volátiles y ante la incertidumbre global. La noticia ha pasado sin sobresaltos pero es para sobresaltarse. El martes pasado superó los US$ 1.800 , una barrera que solo ha cruzado en 26 ocasiones en la historia, la mayoría durante la crisis de deuda de la eurozona, entre agosto y septiembre de 2011, explicó Carsten Menke, Head Next Generation Research de Julius Baer, citado por el diario El País.
El papel que jueguen los bancos centrales para apoyar la recuperación de la economía también será fundamental. En este sentido, Gilles Prince, de Edmond de Rothschild en Suiza, sostuvo que «la flexibilización cuantitativa por parte de las autoridades monetarias y la masiva afluencia de liquidez» por la pandemia provocan una devaluación de las monedas que «podrían sostener una progresión en los precios del oro». Asimismo, apunta que el escenario prolongado de tipos de interés cero y de «inflación positiva pero baja» también contribuirá a su revalorización.
En Bank of America sí apuestan por la continuidad del rally y fijan un precio objetivo de entre US$ 2.000 y US$ 3.000 por onza, lo que supondría una revalorización de hasta el 67%. Un escenario que solo se vería en peligro con «una recuperación plena de la economía global y una subida más acelerada de los tipos de interés», apuntan.
Autor: Jean Pierre Fernandez (jpfernandez@prensagrupo.com)