
El gran temor de Southern Copper es que Michiquillay se convierta en otro Tía María, el proyecto de US$1,400 millones detenido por el Gobierno del expresidente Ollanta Humala. “Más les vale al Gobierno que nos acompañe en Michiquillay porque, si no, pasará lo mismo de Tía María, que [los antimineros] se han metido y no ha avanzado”, declaró Óscar Gonzales Rocha, CEO de la minera, al diario El Comercio.
Para evitar que Southern devuelva el proyecto, Fernando Castillo, director de Gestión Social del Ministerio de Energía y Minas, afirmó que las autoridades trabajan en un plan para reforzar la presencia del Estado en las comunidades de Michiquillay y La Encañada, en la región Cajamarca, lugar en el que está emplazado el proyecto de cobre.
El plan comprende el 100{d52985f95925bcc0a4b40dbd151b3c376625b1a38f49dd51e6e080a6a064f566} de electrificación rural en Michiquillay, reveló el funcionario, además de obras de saneamiento de que ambas comunidades sean la primeras beneficiadas del Fondo de Adelanto Social. “Nuestra meta es socializar Michiquillay, para relanzar después Galeno y Conga”, confió Castillo.
Según la Defensoría del Pueblo, hay tres sectores en la comunidad campesina de Michiquillay que han manifestado su desacuerdo con el proyecto minero.
Autor: Jean Pierre Fernandez (jpfernandez@prensagrupo.com)