
Martín Esparza, gerente de Compañía Minera Raura, indicó que la empresa recientemente inició los estudios para continuar con la ampliación de producción de la mina, así como la implementación de nuevas tecnologías. Este 2018, por ejemplo, la compañía del Grupo Breca avanza con la primera fase de internet de las cosas a nivel subterráneo.
“Somos unos convencidos que la innovación I+D es lo que la minería necesita. Ya hemos sumado fibra óptica y estamos iniciando la colocación de tracking (rastreo) de personas y equipos, así como sistemas anticolisión y tráfico”, dijo el ejecutivo en su presentación en el tradicional Jueves Minero, organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP). Agregó que en 2019 proseguirán con la fase II de dicho proceso orientado al manejo de flota y productividad.
Raura en 2017 logró una utilidad neta de cerca de US$50 millones.
Gracias a los trabajos de exploración que se han desarrollado en los últimos años, Raura, una de las principales productoras de zinc del país, ha incrementado sus recursos minerales, lo que le permitirá sustentar sus planes de crecimiento. “Actualmente contamos con 23 millones de recursos minerales. Son cifras bastante grandes para una mina que procesa un millón de toneladas por año”, apuntó.
Compañía Minera Raura, perteneciente al Grupo Breca, es una empresa peruana de mediana minería polimetálica ubicada entre los distritos de San Miguel de Cauri (Huánuco) y Oyón, (Lima). Se dedica a la explotación y procesamiento de concentrados de cobre, plata, plomo y zinc. En el 2012 la minera emprendió un proceso transformacional con el propósito de convertir su antigua operación en una mina de clase mundial. Ello tuvo como palancas de gestión estratégica la innovación tecnológica, la consolidación de los recursos minerales, la eficiencia en todos sus procesos y un enfoque integral de sostenibilidad.
Luego de cinco años de esfuerzo y dedicación, Raura capitalizó el llamado “turnaround” (cambio profundo en una organización), logrando ser más rentable, moderna y en franco camino hacia una operación de clase mundial, lo que incluye la ampliación de su vida útil. “Raura era una empresa que estaba a punto de cerrar porque no tenía casi recursos ni reservas, pero después de cinco años hoy es una mina que reparte utilidades y tiene un horizonte de vida de más de 20 años al ritmo de producción actual”, señaló el expositor.
Precisó que en 2017 logró una utilidad neta de cerca de US$50 millones. “Eso es parte del cambio que hemos logrado, queremos ser una mina más atractiva y que los profesionales vengan a trabajar con nosotros”, refirió.
Autor: Jean Pierre Fernandez (jpfernandez@prensagrupo.com)