
Para el año 2023, Chile habrá de alcanzar un ritmo de 230,000 toneladas de litio, volumen que es casi el triple respecto a las 96,503 toneladas que produjo en el 2018.
El ministro de Minas, Baldo Prokurica, se pavoneó de que el país sureño ostenta un portafolio de proyectos de inversión de US$ 1,800 millones en el rubro litífero.
Confesó también que Chile no es partidario de que el litio se producido solo por el Estado o por el sector privado. En tal sentido, indicó que en las próximas semanas el Gobierno revelará su política nacional para el litio.
Desde el lado empresarial, se manifestó SQM, una de las mayores mineras no metálicas del mundo. Su presidente, Alberto Salas, demandó reglas claras para las inversiones, a fin de permitir que Chile recupere su posición de mayor exportador de litio.
Considerando al litio como insumo esencial en la electromovilidad, Salas afirmó que en el 2018 la penetración de vehículos eléctricos en el mercado automotor bordeó el 3 %, recordando que cada año se venden en el mundo unos 100 millones de automóviles.
Igualmente, Alberto Salas previó que la tasa de penetración de vehículos eléctricos podría llegar al 10% hacia el 2025 y el 15% en el caso de China, lo que impulsaría la demanda de litio a un millón de toneladas para aquel año.