
La ineficiencia en el gasto de los Gobiernos de América Latina y el Caribe genera un despilfarro total de US$220.000 millones de dólares, el equivalente al 4,4 por ciento del PIB de la región, sostiene un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Esa cifra, bien invertida, sería suficiente para acabar con la pobreza extrema en la región. Chile y Perú tienen la mejor calidad de gasto, con costos de ineficiencias que llegan al 1,8% y 2,5% del PIB, respectivamente. Esa es una de las conclusiones más demoledoras del estudio que tiene por título Mejor Gasto para Mejores Vidas: Cómo Pueden América Latina y el Caribe Hacer Más con Menos, y puede ser descargado desde la página web del BID.
La publicación, parte de la serie de estudios insignia del BID denominada Desarrollo en las Américas, argumenta en contra de los recortes generalizados y a favor de un gasto “inteligente” que mejore la eficiencia en áreas críticas del sector público. El informe analiza lo que los países gastan en diferentes áreas, si invierten o no lo suficiente para asegurar un futuro mejor, y si dichos gastos aumentan o disminuyen la desigualdad.
En síntesis, varios países podrían mejorar sus índices de salud manteniendo sus presupuestos, dirigiendo el gasto a servicios más efectivos.
“En tiempos en que los gobiernos tienen que tomar difíciles decisiones, este informe provee una oportuna plataforma para discutir cuán eficientemente invertimos nuestros recursos públicos para asegurar los mejores resultados posibles, no sólo para el presente sino también para el futuro”, declaró Alejandro Izquierdo, economista jefe del BID. “La buena noticia es que podemos mejorar las vidas de nuestros ciudadanos no mediante gastos más elevados sino más eficientes”.
En América Latina y el Caribe, el gasto público consolidado actualmente ronda en promedio a un 29,7% del PIB, casi 6% más que a principios de los años 2000. El gasto oscila entre más del 35& del PIB en Argentina y Brasil y menos del 20% en la República Dominicana y Guatemala.
El informe formula varias recomendaciones de políticas sobre cómo mejorar la eficiencia del gasto gubernamental. Por ejemplo, incluye medidas concretas para reducir las demoras y sobrecostos de proyectos de infraestructura, así como la corrupción en las compras gubernamentales.
Otra relevante conclusión del informe es esta: un mayor gasto gubernamental difícilmente ayudará a cerrar la brecha de desigualdad en la región si no se corrigen las ineficiencias en la redistribución. En 16 países de América Latina, los impuestos directos y las transferencias de efectivo logran reducir la desigualdad en un promedio de sólo el 4,7 por ciento, contra un 38 por ciento en un muestreo de países desarrollados. En síntesis, varios países podrían mejorar sus índices de salud manteniendo sus presupuestos, dirigiendo el gasto a servicios más efectivos.
Autor: Jean Pierre Fernandez (jpfernandez@prensagrupo.com)